30 mayo 2023

Moniciones para la Solemnidad de la Santísima Trinidad - Ciclo A

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Buenas noches, días, tardes:
Mis queridos hermanos en Cristo Jesús. Hace una semana, en Pentecostés, terminamos el tiempo pascual con el don del Espíritu, iniciamos las andaduras del tiempo litúrgico que corre a lo largo de todo el año, la fiesta que hoy celebramos, la Santísima Trinidad, es una celebración gozosa y de agradecimiento al Dios uno y trino por la obra de nuestra redención. Esta fiesta no tiene un día fijo en el calendario, sino que se celebra el domingo siguiente a Pentecostés. Las lecturas que hoy escucharemos nos presentarán el misterio de un Dios compasivo y misericordioso, tan cercano que nos sale al encuentro en Cristo para ofrecernos su amistad, amor y comunión, junto con la posibilidad de una vida sin fin. El Señor te brinda una nueva oportunidad para tomar conciencia de la dimensión trinitaria de toda tu vida cristiana.


Primera lectura: Hechos de los Apóstoles: 34,4b-6.8-9

Frente a la revelación de Dios, Moisés sólo puede postrarse y adorarlo. El profeta pide a Dios que camine con su pueblo y que lo tome como propiedad, perdonado nuestras culpas y pecados. Solamente el perdón de Dios hace avanzar la historia.




Segunda lectura: Segunda Carta de Pablo a los Corintios 13, 11-13

¿Cómo entender el misterio de la Santísima Trinidad? San Pablo nos devela el misterio en la segunda lectura de hoy: se trata de experimentar en nuestra propia vida “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo”. Este es el saludo de despedida de la segunda carta a, una fórmula netamente trinitaria.


Tercera lectura: San Juan: 3,16-18

Dios quiere que todos sus hijos se sienten a su mesa de salvación y de amor. Dios, uno y trino, nos enseña que la vida es amor compartido, comunión y diálogo. Del amor trinitario nos brota una inspiración constante para trabajar a favor del cuerpo común, para que no haya guerras, ni odios, ni violencias, ni injusticias, ni soledades, sino que brille la luz del amor.


Para la oración de los fieles:

A cada invocación, respondan, por favor: “Danos Vida, Señor, con tu Espíritu Santo”



  • Por la unión de las Iglesias; para que los cristianos dispersos seamos reunidos en la unidad de la Iglesia de Cristo, roguemos al Señor.
     
  • Por los judíos y los mahometanos, creyentes en Dios único y verdadero; para que puedan llegar a descubrirle en Jesús, hijo de Abrahán, rogue¬mos al Señor.
     
  • Por los no creyentes; para que reconozcan en el Hombre Jesús al Dios vivo y verdadero, roguemos al Señor.
     
  • Por nosotros, aquí reunidos; para que seamos uno y así el mundo crea, roguemos al Señor.
     
  • Por nuestra comunidad, para que la Eucaristía que celebramos sea reflejo del Dios Trinitario en el que creemos, que nos congregue y nos una cada día más a cuantos hemos puesto nuestra confianza y esperanza en el Dios de la vida, roguemos al Señor.



  • Exhortación Final
    (Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 106)

    En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
    alabarte, bendecirte y darte gracias siempre y en todo lugar,
    Dios eterno, Dios uno y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
    porque tu amor al hombre es tan grande que la segunda persona,
    Cristo Jesús, fiel reflejo e imagen visible del Dios invisible,
    se hizo uno de nosotros y nos ofreció la salvación por la fe.
    Desde entonces la gracia de Jesucristo, el amor del Padre
    Y la comunión del Espíritu Santo son oferta perenne del Dios uno,
    que nos introduce en su círculo trinitario como hijos suyos.
    Concédenos, Señor, mantener siempre tu gracia y tu amistad,
    para saber vivir en comunión con todos nuestros hermanos.

    Amén

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