31 mayo 2023

Liturgia del Domingo 04 de Junio de 2023

 Domingo noveno del tiempo ordinario

Solemnidad de la Santísima Trinidad
Salterio I
Color: blanco

INTRODUCCIÓN

Dios se muestra misericordioso con el pueblo de Israel, al cual renueva la entrega de las tablas de la ley después de haber cometido el pecado de adorar el becerro de oro. Toda la historia de la salvación es la historia de la misericordia divina, que no se deja vencer por el pecado del hombre y que lo perdona si se reconoce pecador.

Pablo exalta el amor de las tres personas divinas, las cuales, con la gracia, establecen una íntima comunión con los creyentes exhortados a vivir en espíritu de fraternidad la comunión con Dios, que es la paz del alma.

El amor misericordioso de Dios llega a su punto culminante con la entrega de su Hijo que viene a salvar al mundo. La muerte de Cristo en la cruz es la donación de la salvación, manifestación del misericordioso amor de Dios.

Antífona de entrada 

Bendita sea la Santísima Trinidad: Dios Padre, el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Dios Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador; te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera, podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar al único Dios todopoderoso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

PRIMERA LECTURA

El Señor es un Dios compasivo y bondadoso.

Lectura del libro del Éxodo   34, 4b-6. 8-9

En aquellos días:

Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos.

El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el Nombre del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.

Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que éste es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia.

SALMO RESPONSORIAL   Dn 3, 52-56

R/A ti, eternamente, gloria y honor.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, alabado y exaltado eternamente. 

Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu reino, aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. 

Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines, alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo, aclamado y glorificado eternamente. 

SEGUNDA LECTURA

La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 13, 11-13

Hermanos:

Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.

Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos.

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  Cf. Apoc 1, 8

Aleluya.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluya.

EVANGELIO

Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por Él.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   3, 16-18

Dijo Jesús:

Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Credo 


ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros:

Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella la tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su faz gloriosa, roguemos al Señor.

Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.

Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.

Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.

Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo tu Hijo Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros principio de vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y esperanza para que, reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos siempre tu nombre glorioso y santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor y Dios nuestro, por la invocación de tu Nombre santifica los dones que te presentamos y por ellos conviértenos también a nosotros en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno: Que con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no una sola Persona, sino tres Personas distintas de una misma naturaleza. 

Cuanto creemos de tu gloria, Padre, porque tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia alguna. 

Por eso, al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna Divinidad, adoramos a tres personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad. A ti los ángeles y arcángeles, con todos los coros celestiales no cesan de aclamarte, diciendo a una sola voz: 

Santo, Santo, Santo …

Antífona de comunión         Cf. Gál 4, 6 

Porque ustedes son hijos, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Señor y Dios nuestro, te pedimos que el sacramento recibido y la profesión de nuestra fe en ti, único Dios en tres personas, sirvan para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

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