18 abril 2023

Liturgia Viva del Domingo 3º de Pascua - Ciclo A

 Domingo, 23 de abril de 2023

TERCER DOMINGO DE PASCUA (Ciclo A)
  1. En el Camino de Emaús
  2. Caminando con el Señor
Saludo (Ver la Segunda Lectura)
La preciosa sangre del Cordero Jesucristo,
nos ha hecho libres.

Dios le resucitó  de entre los muertos
y por medio de él tenemos fe y esperanza.
Que Jesús el Señor esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante (Dos Opciones)
  1. En el Camino a Emaús
           Con demasiada frecuencia pensamos que estamos totalmente solos en el camino rocoso de la vida, con nuestras luchas y desalientos, pero también con nuestras alegrías y felicidad que tenemos que compartir. ¿Lo sabe el Señor? ¿Está él ahí? Nuestra fe y sensibilidad cristianas, como es ya sabido desde los tiempos más antiguos de la Iglesia, nos asegura que él está presente y que camina con nosotros en la, a veces, rocosa calzada de la vida. Jesús nos dice su palabra de vida en las Escrituras, proclamada para nosotros cada Domingo. Él es ciertamente nuestro compañero en la vida, es decir, literalmente, el que parte su pan para nosotros, como hizo para sus discípulos en la Última Cena y en el camino peregrino de Emaús.
  2. Caminando con el Señor
           Cuando al caminar nos sentimos tristes, aburridos o desalentados, y totalmente solos, nos parece que el viaje dura mucho más tiempo.  Pero, permitamos a alguien que se nos junte  por el camino, un amigo o incluso un extraño que nos dé fuerza y alegría de nuevo; entonces el viaje se hace más ligero e interesante y nuestros corazones se animan. La ruta de la vida es así. A veces resulta difícil y cansina; pero se vuelve fácil y alegre cuando sabemos que el Señor viene de viaje con nosotros y anima nuestros corazones.
    Hoy, y cada día, Jesús quiere ser nuestro compañero en el camino de la vida.

Acto Penitencial
Con frecuencia somos demasiado pagados de nosotros mismos; y eso nos impide reconocer al Señor entre nosotros. Pidámosle al Señor que nos perdone.
    (Pausa)
  • Señor Jesús, tú eres uno con nosotros; tú caminas con nosotros en la ruta de la vida:
    R/ Señor, ten piedad de nosotros.
  • Cristo Jesús, tú proclamas para nosotros tu Buena Nueva de Salvación que clarifica nuestras alegrías, nuestras penas y toda nuestra vida:
    R/ Cristo, ten Piedad de nosotros.
  • Señor Jesús, tú partes para nosotros tu sabroso pan que da vida:
    R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten piedad de nosotros, Señor, y perdona todos nuestros pecados.
Haznos conscientes de que estás siempre muy con nosotros.
Y sé nuestro compañero en nuestro viaje a la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos para que Jesús sea nuestro compañero en el camino de la vida.
    (Pausa)
Oh Dios y Padre nuestro:
Nuestro camino en la vida
es con frecuencia pesado y molesto
ya que es un camino propio de peregrinos.
Danos a Jesús, tu Hijo,
como nuestro compañero que viaja con nosotros
y que anima nuestros corazones con amor y alegría.
Que él siga partiendo para nosotros el pan de sí mismo,
que nos da valor y fortaleza.
Abre nuestros ojos para que sepamos reconocerle
en nuestros hermanos desalentados y afligidos,
para que éstos vean en nosotros
algo de nuestra fe firme
en que nuestro Señor ha resucitado
y vive por los siglos de los siglos.

Primer Lectura (Hch 2,14.22-33): El Señor ha Resucitado y Vive para siempre
       Lleno del Espíritu Santo, el día de Pentecostés, Pedro proclama el centro y corazón del mensaje cristiano: Cristo murió, pero vive como nuestro Señor resucitado. Éste es el fundamento de nuestra fe. Por eso Jesús puede estar ahora con nosotros.

Segunda Lectura (1 Pe 1,17-21): El Señor Resucitado Es el Fundamento de Nuestra Esperanza.
       Pedro anima a los fieles: Dios es nuestro Padre; él envió a su Hijo para salvarnos por su muerte y resurrección . Esto da sentido a nuestras vidas; éste es el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.

Evangelio (Lc 24,13-35): Le Reconocieron al Partir el Pan
      Lucas aprovecha la ocasión del desaliento de dos discípulos y su encuentro con Cristo para decirnos esto: El Señor resucitado sigue viviendo entre nosotros, sus fieles, por la Palabra que nos proclama y por la Eucaristía.

Oración de los Fieles
       Pidamos ahora a Jesús, nuestro hermano mayor, que nos dé la gracia de ser más conscientes de cómo él nos acompaña en el camino de la vida, y digámosle:   
R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
  1. Señor Jesús, ven a caminar con tu Iglesia por los caminos de la paz y del amor, que nos lleven a los hermanos y al destino de la alegría perdurable, y así te decimos:
    R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
  2. Señor Jesús, ven a caminar con las Iglesias que te revindican como su Señor; condúcelas a un auténtico encuentro fraterno para que tú seas su único Señor y Pastor,  y así te decimos:
    R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
  3. Señor Jesús, ven a caminar con nuestro país. Inspira con tu Espíritu a nuestros líderes, para que sean hombres y mujeres de integridad, que se preocupen de verdad, y preferencialmente, de su pueblo empobrecido y necesitado, y así te decimos:
    R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
  4. Señor Jesús, ven a caminar con todos los que sufren. Alivia su pesada carga y su dolor, ya que tú experimentaste lo pesada que puede ser una cruz, y a nosotros ayúdanos a alzar a nuestros hermanos de sus penas y miserias, y así te decimos:
    R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
  5. Señor Jesús, ve n a caminar con nuestras comunidades, para que nos aceptemos y amemos unos a otros, de forma que quede evidente a todos que tú vives  entre nosotros, y así de decimos:
    R/ Señor Jesús, ven con nosotros al caminar.
    Gracias, Señor, por quedarte con nosotros. Alienta y anima los corazones de todos nosotros con tus palabras amables y  con tu amistad perdurable, pues tú eres nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.


Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Señor nuestro, Padre amoroso:
Aquí te presentamos este pan y este vino,
signos sencillos en los que tu Hijo
camina con nosotros en el camino polvoriento  de la vida.
Que él haga arder nuestro corazones
cuando se nos entrega a nosotros
y cuando nos dirige palabras
que hacen la vida digna de vivirse.
Que él sea nuestro alimento
en el camino hacia ti y hacia los hermanos,
pues creemos que él es nuestro Señor resucitado,
que vive con nosotros ahora y por los siglos de los siglos.

Introducción a la Eucaristía
       La forma más profunda por la que podemos encontrar ahora a Jesús nuestro Señor es en los signos de pan y vino de la celebración eucarística. Aquí él se nos da como alimento para el camino. Con alegría damos gracias al Padre.

Introducción al Padrenuestro
Con Jesús, pedimos a Dios nuestro Padre
que nos dé no sólo nuestro pan de cada día
sino también el pan de la eucaristía.
R/ Padre nuestro…

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y concédenos siempre la paz
y la alegría de tu presencia entre nosotros.
Guárdanos libres de toda duda y desaliento
y que tu Hijo camine a nuestro lado
para que, junto con él, construyamos entre nosotros
su mundo nuevo de amistad y esperanza,
y así preparemos la venida gloriosa
de nuestro Señor  y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…

Oración después de la Comunión
Oh Dios nuestro, Dios de vida:
Tu Hijo Jesús nos ha hablado
cálidas palabras de aliento y esperanza.
En esta mesa de la eucaristía
nos ha nutrido con el pan tierno de sí mismo
para sustentarnos en nuestro camino peregrino
hacia ti y hacia los hermanos.
Que el alimento de su Palabra y de su Cuerpo
nos guarde unidos en una sola fe,
un solo amor, y una preocupación común
por todo lo recto y bueno.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: En esta celebración eucarística hemos encontrado a nuestro Señor resucitado: Él nos ha dirigido su palabra de vida y ha partido su pan para nosotros. Que ojalá sepamos proclamar y compartir unos con otros su Palabra, que haga arder nuestros corazones con  esperanza.
Y que sepamos ser su Pan que alimente a todos los que nos rodean.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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