Éste es el tiempo de la historia,
de la historia dura y pura;
de la pasión de Dios desbordada
y de las realidades humanas.
Es tiempo de muerte y vida,
de salvación a manos llenas;
del nosotros compartido,
del todos o ninguno,
y del silencio respetuoso
y contemplativo.
Tiempo de amor, tiempo de clamor;
tiempo concentrado,
tiempo para sorberlo
hasta la última gota.
Tiempo de la Nueva Alianza
y fidelidad
por encima de lo que sabemos,
queremos y podemos.
Tiempo en el que Dios
nos toma la delantera
y nos ofrece la vida a manos llenas.
Es el tiempo de quienes han perdido,
de quienes han sufrido o malvivido.
Es el tiempo de la memoria subversiva,
de Dios haciendo justicia y dándonos Vida.
Florentino Uribarri
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