02 marzo 2025

Moniciones y Lecturas 5 de marzo de 2025 – Miércoles de Ceniza

 

Monición de entrada

Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos, con las celebraciones litúrgicas de hoy, damos inicio en la Iglesia a la Cuaresma, un período de 40 días que comienza hoy, Miércoles de Ceniza, y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.

Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. Por eso hoy se nos impondrá la ceniza, con lo que la Iglesia nos hará ese llamado a convertirnos y creer en el evangelio. Dispuestos a dejarnos moldear por el Señor, comencemos esta Santa Misa entonando todos juntos el canto de entrada..

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

Las lecturas del inicio de la Cuaresma nos hacen un fuerte llamado a la conversión y a acompañar a Jesús en su camino al calvario mediante la oración, ayuno, penitencia y limosna.

Hoy aprenderemos cómo realizar estos actos de manera que sean agradables a Dios. Su palabra nos iluminará. Pongamos mucha atención.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Joel 2, 12-18)

El profeta Joel nos hace un fuerte llamado a la conversión, un cambio de vida que no solo se manifieste con signos externos, sino rasgando también el corazón para que Dios tenga misericordia de nosotros.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18

«Ahora —oráculo del Señor— convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto.

Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro,

porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas».

Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios.

Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho.

Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo.

Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan:

«Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios?

El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 50)

Con el salmo 50 nos unimos como asamblea para implorar a Dios el perdón de nuestras culpas, porque somos pecadores desde nuestra concepción. Con el salmista diremos:

Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R. 

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. R. 

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R. 

Monición a la segunda lectura (2 Corintios 5, 20-6,2)

San Pablo nos exhorta hoy, de manera muy especial al iniciar la Cuaresma, a que valoremos el sacrificio de Cristo para expiar nuestros pecados, y nos volvamos a Dios reconciliándonos con él.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20—6, 2

Hermanos:

Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice:

«En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»;

pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Mateo 6, 1-6. 16-18)

Durante la cuaresma, hay tres prácticas a las que la Iglesia nos llama de manera especial: la oración, el ayuno y la limosna. Hoy, en el evangelio de San Mateo, Jesús nos da las indicaciones de cómo debemos realizar estos actos para que sean agradables a Dios y no una mera búsqueda de nuestra satisfacción personal.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

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