Entrada: Queridos hermanos, nos reunimos nuevamente para la Eucaristía dominical. Sean todos bienvenidos a la casa de Dios. Al estar aquí ya hemos tomado una buena decisión. Hoy el Señor nos prepara, a través de las lecturas, para tomar el camino correcto, que nos conduce a la felicidad plena. Celebremos con fe y alegría.
Lecturas: Cuando resuena la Palabra de Dios, nuestro corazón se llena de gozo porque nos sabemos amados por el Señor. Abramos nuestros oídos y recibamos esta que es la auténtica buena noticia de salvación.
Ofrendas: Hay más felicidad en dar que en recibir, enseña el Señor. Por eso, al presentar los dones de pan y vino, renovemos el llamado a ser don para los demás.
Comunión: Recibir el Cuerpo del Señor alimenta nuestra felicidad, porque nos une a él y nos hace ser pan partido para la vida del mundo. Acerquémonos a comulgar con profunda fe.
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