12 febrero 2025

Eucaristía del Domingo 16 de Febrero de 2025

 RITOS INICIALES


Domingo sexto del tiempo ordinario
Color: verde

Con este domingo se inicia la lectura del discurso del plan con el cual el evangelista Lucas presenta la nueva ley: la vida moral del cristiano. Las bienaventuranzas no son una ley, sino una buena noticia. La ley confía al hombre a sus propias fuerzas y lo lleva a adecuarse hasta el extremo. Sin embargo, el Evangelio pone al hombre de frente al don de Dios y lo lleva a darse totalmente y poner a Dios como fundamento de la propia vida. En una civilización del aprovecharse de los otros, en donde el dinero es el ídolo ante el cual se sacrifica el hombre y todo otro valor, en un mundo en el cual muchas veces no existe espacio para una auténtica libertad, solamente el hombre de las bienaventuranzas, el hombre libre de las cosas puede hacer redescubrir el verdadero rostro del hombre. 

Jesús es el hombre de las bienaventuranzas. Él ha resucitado y nos ha demostrado que son bienaventurados los pobres y que nuestra fe no es vana.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Sal 30, 3-4 

Señor, sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre, guíame y condúceme. 

GLORIA

 

ORACIÓN COLECTA 

Dios nuestro, que te complaces en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Maldito el que confía en el hombre. Bendito el que confía en el Señor.

Lectura del libro de Jeremías  17, 5-8

Así habla el Señor:

¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor! Él es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en Él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.

 

SALMO RESPONSORIAL  1, 1-4. 6

R/. ¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!

¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! 

Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. 

No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. 

 

SEGUNDA LECTURA

Si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 

15, 12. 16-20

Hermanos:

Si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan?

Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. En consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre. Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima.

Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 6, 23ab

Aleluya.

¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! Aleluya.

EVANGELIO

Felices ustedes los pobres. Ay de ustedes los ricos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 6, 12-13. 17. 20-26

Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles.

Al bajar con éstos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo:

¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!

¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!

¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán!

¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!

¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!

Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre!

¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!

¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

 

CREDO


ORACIÓN DE LOS FIELES 

Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden:

-  Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.

-  Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.

-  Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.

-  Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que derribas a los poderosos del trono y a los humildes los colmas de bienes, escucha nuestras oraciones, atiende el grito de los pobres y de los oprimidos, que se eleva a ti desde todas las regiones del mundo, rompe el yugo de la violencia y del egoísmo, que nos hace enemigos unos de otros, y haz que, acogiéndonos mutuamente como hermanos, seamos signos de una humanidad nueva reunida y unificada en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Que esta ofrenda nos purifique y renueve, Señor, y sea causa de recompensa eterna para quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Sal 77, 29-30 

Ellos comieron y se saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido; no fueron defraudados. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Saciados con el pan del cielo, te pedimos, Padre, la gracia de desear siempre este alimento que nos da la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

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