22 diciembre 2024

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD Diciembre 25 de 2024: Moniciones y peticiones

 Entrada: Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Por eso este templo está bellamente preparado, para contemplar cómo la oscuridad se ve iluminada por una luz que irrumpe en las tinieblas y parte la historia en dos, para dar paso a la gran salvación prometida desde el Antiguo Testamento. Que la Paz que el niño que nace nos trae, reine en nuestros corazones hoy y siempre, y nos permita celebrar, radiantes, esta gran fiesta, que comenzamos con el canto de entrada.

 Liturgia de la Palabra.

 Misa de medianoche: El amor de Dios se hace visible en la persona de Cristo, el Hijo que Él nos envía y, a la vez, el Salvador de la humanidad. Escuchemos.

 Misa del Día: La Palabra, en definitiva, es Cristo Jesús que hoy ha nacido. Adorémoslo y contemplémoslo al escuchar este mensaje.

 Ofrendas: A Jesús recién nacido, le podemos ofrecer como regalo en esta fiesta, nuestra vida y el deseo de compartir como familia de Dios lo que somos y tenemos, para construir entre todos los  la unidad querida por el Señor. 

 Comunión: Jesús se digna habitar en cada uno al hacernos partícipes ahora, de su Cuerpo y de su Sangre. Recibámoslo en el pesebre de nuestro corazón. 

 ORACIÓN UNIVERSAL 

 Queridos hermanos: Queridos hermanos, en este día en que se manifestó la bondad y el amor del Salvador a todos los hombres, oremos a Dios confiando plenamente en su misericordia. A cada intención respondemos: «Recuérdanos, Señor, tu gloriosa venida»

 1.    Por la Iglesia, para que, contemplando cada día el misterio del Verbo presente en la historia, sea cada vez más el lugar donde el hombre pueda encontrar, como ante la gruta de Belén, la belleza de Dios. Oremos.

2.    Por todos los pueblos, para que escuchando el anuncio de los ángeles, emprendan nuevos caminos de concordia y todos aprendamos a vivir en la paz que nos trae Cristo que nace. Oremos.

3.    Por todos los que en esta noche sufren por la ausencia de sus seres queridos, por la enfermedad o la angustia, para que sean consolados por la presencia salvadora del Señor. Oremos.

4.    Por todos nosotros, para que recibamos con un corazón agradecido el inmenso amor de Dios manifestado en el Niño de Belén, y nos convirtamos en testigos de ese mismo amor. Oremos

 Recibe, Señor, nuestras súplicas, y junto con ellas la ofrenda de nuestros corazones, para que los colmes de paz, alegría y santidad. Por Jesucristo nuestro Señor.

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