«PONTE EN PIE, JERUSALÉN, SUBE A LA ALTURA»
«Que los ruegos y ofrendas
de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos
y sin méritos propios
acude, compasivo, en nuestra ayuda».
de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos
y sin méritos propios
acude, compasivo, en nuestra ayuda».
(Oración sobre las ofrendas)
Dios salva a su pueblo despojándolo del vestido de luto y a icción y envolviéndolo «con el manto de la justicia». La vuelta a Jerusalén está en clave de alegría y júbilo, porque su retorno es fruto de la misericordia que Dios tiene c«on todo aquel que se convierte. Por eso respondemos a la Palabra de Dios con el salmista reconociendo que «Dios ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. La salvación que Dios ofrece es universal, alcanza a todos: «Y todos verán la salvación de Dios».
Canto de Entrada: «Y vendrá” de C. Erdozáin, en el CD Preparad los caminos (SP). O bien, “Ven, ven, Señor, no tardes” C.LN 9.
Salmo responsorial: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
Santo: CLN I 2 (Aragués).
Padre nuestro: CLN L 1, fórmula A. «
Aclamación al Embolismo: “Tuyo es el reino” CLN M 2 (F. Palazón).
Comunión: “Cristo, nuestro hermano” (= Desde el fondo de los siglos). CLN 14. «O bien, cantamos como pueblo en el destierro esperando el Redentor: “Esperamos tu venida” CLN 19; MD 313-1. “Apresura tu venida” en el CD Nuevo Adviento (SP)
Canto final: En nuestro retorno-conversión al Señor, enderezando lo que hay de escabroso en nuestras vidas, María es la estrella y nos señala el camino. Cantamos como despedida: “Estrella y camino” MD 385; CLN 316.
Antonio Alcalde Fernández
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