Evangelio dialogado
NARRADOR: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se presentaron a Jesús y le hicieron una petición:
SANTIAGO: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.
JESÚS: ¿y qué queréis que haga?
JUAN: Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
JESÚS: No sabéis lo que pedís.
SANTIAGO: ¿Por qué?
JESÚS: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?
JUAN: Sí, lo somos.
JESÚS: El cáliz que yo he de beber lo beberéis, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, está ya reservado.
NARRADOR: Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos:
DISCÍPULO 1: Os lo merecéis por abusones.
DISCÍPULO2: Ahora no os sentaréis ni a la derecha ni a la izquierda de Jesús.
JESÚS: ¡Basta ya! Callaos y escuchad. Los jefes de los pueblos los tiranizan y los grandes oprimen a los pequeños.
DISCÍPULO 1: Siempre se ha hecho así.
JESÚS: Pues vosotros no debéis hacerlo.
DISCÍPULO 2: Entonces, el que quiera ser grande...¿Qué debe hacer?
JESÚS: Será el servidor de los demás.
DISCÍPULO 1: ¿Y el que quiera ser el primero?
JESÚS: Será esclavo de todos.
DISCÍPULO2: Maestro, cada vez lo pones más difícil.
DISCÍPULO 1: A nadie le gusta ser servidor y esclavo de los otros.
JESÚS: Miradme a mí, no he venido para que me sirvan.
DISCÍPULO2: ¿Y para qué has venido, Maestro?
JESÚS: He venido para servir y dar mi vida en rescate por todos.
NARRADOR: Así terminó Jesús la jornada aquél día con sus discípulos.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario