17 octubre 2024

DOMINGO XIX ORDINARIO B: Moniciones y oración de los fieles

 Monición de entrada

Hoy, en este domingo, Pascua semanal, el mismo Señor Jesús, el Resucitado, nos ofrece el cáliz que él bebió, el de la entrega total de la vida, y nos sumerge de nuevo en el bautismo de la solidaridad con los que sufren. Por eso, reconozcamos que somos su Pueblo, la herencia que él ha dejado al mundo… una herencia preciosa, fruto de su amor al mundo, a la humanidad… Dejemos, pues, que Jesús, en esta Eucaristía, nos entregue y nos envíe al mundo del que somos parte como servidores suyos.
 
Saludo
El Señor Jesús, cuyo señorío es servir, esté siempre con todos vosotros.
 
Acto penitencial
Jesús hoy nos ofrece un espíritu más servicial y más humilde hacia los demás. Dejémonos, pues, “lavar los pies” por él:
 
-Tú, Jesús, te quitas el manto de la dominación y la prepotencia: Señor, ten piedad.
-Tú, Jesús, te arrodillas humildemente ante nosotros para servirnos: Cristo, ten piedad
-Jesús, lava tú “nuestros pies” del afán de pisar a los demás: Señor, ten piedad.
 
Monición a la Primera lectura
Dios no es el origen del sufrimiento, no lo quiere y lucha con nosotros contra él, desde dentro del dolor mismo. Lo convierte en posibilidad de humanizar nuestro mundo, suscitando la solidaridad para salvar a los que sufren. Así lo vemos en el Siervo de Yahvé, en Jesús.
 
Salmo Responsorial (Sal 32)
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
 
Monición a la Segunda Lectura
La epístola a los Hebreos hace una lectura sacrificial de la resurrección de Jesús, presentando esta como la aceptación por parte de Dios del sacrificio de la Cruz. Utiliza para ello el ritual judío, designando el cielo como el auténtico “santuario”, en vez del templo de Jerusalén, al que llega la ofrenda del cuerpo entregado de Jesús.
 
Monición a la Lectura Evangélica
Los discípulos no son más que su Maestro. Si Jesús ha pasado por la prueba de la Cruz, de la incomprensión, del rechazo… también sus discípulos, con actitud servicial, pasan por la misma experiencia, sin esperar recompensa alguna, sin reivindicar poder o grandeza alguna, sino la gran suerte de ser acompañados por el Maestro.
 
Oración de los fieles
Estamos en el comienzo del curso pastoral. Presentemos, pues, nuestro afán por iniciarlo con esperanza, poniendo en marcha dinamismos nuevos aprendidos durante este tiempo de pandemia, tiempo de “gestación” de nuevos proyectos evangelizadores. Pidamos la intercesión de San Ignacio de Antioquía, cuya conmemoración celebramos hoy.
 
-Jesús tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Oremos, pues, por todas las víctimas de la “trata de personas”, abusadas en su dignidad sexual o laboral. Roguemos al Señor.
-Jesús se hizo el siervo de Dios y de la humanidad entera. Oremos, pues, por la Iglesia, herencia preciosa que Jesús ha dejado a la humanidad para su bien y servicio, no para su dominación. Roguemos al Señor.
-Jesús murió en la cruz de los esclavos, aceptando la muerte como último y total servicio. Oremos, pues, por los difuntos y sus familias rotas por su muerte. Roguemos al Señor.
-Jesús nos ha dado ejemplo de servidor, para que así lo seamos. Oremos, pues, por nosotros, para que no busquemos puestos de influencia, de honor y prestigio, sino de servicio, de sencillez y humildad. Roguemos al Señor.
 
Señor Jesús, igual que el Padre aceptó la ofrenda de tu vida, resucitándote y haciéndote entrar en el santuario del cielo, a su derecha… igual que aceptaste el sacrificio, hasta la muerte martirial, de san Ignacio de Antioquía como “Trigo de Dios”, acepta estas plegarias, junto con la ofrenda de nuestras vidas, con sus gozos y dificultades.
 
Despedida
Con la misma solidaridad de Cristo, capacitados por él para comprender y compadecernos de todos los hermanos a los que somos enviados… podéis ir en paz…

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