Monición de entrada
En el domingo, Día del Señor, nos reunimos, hermanos, para celebrar la Santa Eucaristía, correspondiente al vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario.
Hoy la palabra nos anima a introducirnos en los misterios insondables del Espíritu Santo, que obra de maneras a veces inesperadas y sorprendentes.
Seducidos por ese Espíritu, nos animamos unos a otros para celebrar con mucho entusiasmo estos misterios, cantando todos. De pie por favor...
Moniciones a las lecturas
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
En el evangelio de este domingo vemos cómo la misericordia de Dios se hace presente fuera de los límites del grupo de los discípulos. Similar es el planteamiento que encontramos en el texto de Números. Además, los textos de este domingo contienen un mensaje de exigencia personal: es necesario arrancar del corazón humano toda sombra de pecado, dice Jesús en el evangelio; y, leemos en el pasaje de la carta de Santiago, hay que vivir siendo conscientes de que el Reino está próximo. Escuchemos atentos.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
Primera lectura (Números 11, 25-29)
En el libro de los Números se nos cuenta el episodio de los dos que profetizan sin haber recibido oficialmente encargo para ello, un relato similar al del Evangelio de hoy.
Salmo responsorial (Salmo 18)
El salmo confiesa que "la voluntad del Señor es pura y estable", pero sus siervos no siempre responden bien. Con el salmista exclamaremos:
Segunda lectura (Santiago 5, 1-6)
Hoy leemos por última vez la carta de Santiago en esta serie dominical. Es un pasaje muy duro contra los ricos.
Evangelio (Marcos 9, 38-43. 45. 47-48)
El evangelio hoy ofrece una selección de un discurso de Jesús a sus discípulos, en la que se pueden ver dos temas: la tolerancia de Jesús para con quien, sin ser de los suyos, hace el bien apelando a su autoridad y las condiciones que han de cumplir quienes pretendan entrar en el Reino de Dios.
Oración de los fieles
- Para que la Iglesia esté atenta al clamor y al dolor de los pueblos y les enseñe el camino del Reino. Oremos.
- Para que los que en el mundo poseen el poder político, económico, religioso y social tengan la sensibilidad de descubrir y ocuparse de los que sufren. Oremos.
- Para que los cristianos salgamos al encuentro de toda persona que sufre, como lo hace Cristo. Oremos.
- Para que esta comunidad aprenda a alegrarse por las iniciativas misteriosas e inesperadas del Espíritu Santo. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Llevamos al altar los dones de pan y vino. Pero no nos olvidamos de que a Dios le agrada más la ofrenda de los corazones; por eso en la alegría del canto presentamos también toda nuestra vida.
Comunión
Vamos ahora a hacernos UNO con Cristo en la Comunión. Con alegría nos acercamos a recibirle, cantando juntos.
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