Monición de entrada
Queridos hermanos, en el vigésimo segundo domingo del Tiempo Ordinario, nos da mucha alegría recibirles para la celebración de esta misa dominical.
Después de 5 domingos escuchando el Evangelio de San Juan, hoy retomaremos a San Marcos y comenzaremos a escuchar también a Santiago para la segunda lectura.
Con el deseo de escuchar la Palabra y alimentarnos del Pan Eucarístico, comencemos esta celebración. De pie, cantamos…
Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
Todas las lecturas de este domingo convergen en un mismo tema: la Palabra de Dios siempre es portadora de vida y liberación para el ser humano. Según la carta de Santiago y el Salmo, no debemos limitarnos a escucharla, sino que hay que llevarla a la vida por los caminos del amor y el servicio a los demás. Escuchemos este mensaje.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Deuteronomio 4, 1-2. 6-8)
El texto del Deuteronomio, que escucharemos hoy, apareció durante el exilio, en una época en que los israelitas no tenían templo ni patria. La única vinculación exterior con Dios era la ley. Pongamos atención a la exhortación que Moisés hace a su pueblo, pues ahora es para nosotros.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1-2. 6-8
—«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: «Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente».
Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿Cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?».
Palabra de Dios.
Monición al salmo responsorial (Salmo 14)
El salmo 14 es un canto al justo, que no se dedica a cosas extraordinarias, sino a «proceder honradamente y practicar la justicia». Responderemos todos:
Salmo responsorial: Salmo 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5
R. Señor, ¿Quién puede hospedarse en tu tienda?
Monición a la segunda lectura (Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27)
Comenzando hoy con la lectura de la carta de Santiago, escuchemos con mucha atención estas recomendaciones, que son de vital importancia para nuestra vida espiritual.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27
Mis queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.
Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.
Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos.
La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23)
Después de una confrontación con los escribas y fariseos, Jesús nos habla hoy sobre la verdadera pureza.
Cantemos el aleluya y preparémonos para escuchar este importante mensaje de Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús
—«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?».
Él contesto:
—«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
«Este pueblo me honra con los labios,pero su corazón está lejos de mí.El culto que me dan está vacío,porque la doctrina que enseñanson preceptos humanos».
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
—«Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
El Señor, que ha venido a llevar a cumplimiento la palabra de los profetas, dirijamos nuestra oración confiada diciendo todos: Señor, escucha nuestra oración.
- Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, por los obispos y todos los pastores de la Iglesia, para que ejerzan su ministerio conforme a la voluntad de Jesucristo y no se desvíen por el camino que conduce al mal. Oremos.
- Por los gobernantes nuestro país y de todas las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica en justicia y caridad. Oremos.
- Por los que sufren soledad en el mundo, los marginados y los huérfanos, para que sientan siempre la presencia de Dios en sus corazones y reciban el apoyo de nuestras comunidades cristianas. Oremos.
- Por todos nosotros, para que cada día crezca nuestro deseo de conformar nuestra vida a Cristo, para ser agradables a Él y dar frutos de obras buenas en los lugares y entre las personas que cotidianamente encontramos. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Queridos hermanos, ofrezcámonos ahora, junto al pan y el vino, como ofrenda agradable a nuestro Creador. Cantemos todos.
Comunión
En el evangelio de hoy hemos escuchado que «nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro (del corazón) es lo que hace impuro al hombre».
Todos aquellos que tengan un corazón puro, limpio, digno de recibir al Señor, pueden acercarse a comulgar. Cantemos todos.
Final
Hermanos, la misa ha terminado. Ahora comienza la puesta en práctica de lo que aquí hemos aprendido. La primera lectura nos ha dicho que una nación sabia e inteligente es aquella que «pone por obra» los mandamientos; Santiago nos ha exhortado a llevar a la práctica la Palabra de Dios, no limitándonos solo a escucharla. Seamos sabios e inteligentes, vayamos a hacer vida los preceptos que hoy Dios nos ha dado en su Palabra.
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