12 junio 2024

Moniciones y lecturas 16 de junio de 2024 – XI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

 Monición de entrada

Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Con mucha alegría les recibimos en la casa de Dios para celebrar juntos la santa misa en el décimo primer domingo del tiempo ordinario.

Mediante parábolas, Jesús nos sigue instruyendo y enseñándonos a cerca del Reino de Dios. Dejemos que su palabra penetre nuestros corazones y produzca el fruto deseado.

De pie, comencemos esta santa misa cantando…

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

Alegorías y comparaciones inspiradas en el mundo de la agricultura forman el escenario simbólico en el que se desarrollan las lecturas de este domingo. Ezequiel
anuncia la restauración de la monarquía davídica a los deportados en Babilonia,
comparándola con un esqueje de cedro que el Señor plantará en Jerusalén. Tomando
algunos elementos de este pasaje, Jesús habla del Reino de Dios mediante dos breves parábolas, asemejándolo a una semilla que crece por sí sola y a un pequeño grano de mostaza que se desarrolla hasta convertirse en un frondoso arbusto. Y por si nos parece que el Reino no avanza al ritmo esperado, Pablo nos recuerda la importancia de caminar en la fe aunque todavía no veamos lo que esperamos.

Con mucha atención escuchemos esta Palabra.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Ezequiel 17, 22-24)

Con una comparación, que prepara lo que luego ofrecerá Jesús en el evangelio, el profeta Ezequiel anima al pueblo de Israel en su esperanza de la vuelta a la Patria.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel 17, 22-24

Así dice el Señor Dios:
—«Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré.

De sus ramas más altas arrancaré una tierna
y la plantaré en la cima de un monte elevado;

la plantaré en la montaña más alta de Israel,
para que eche brotes y dé fruto y
se hagas un cedro noble.

Anidarán en él aves de toda pluma,
anidarán al abrigo de sus ramas.

Y todos los árboles silvestres sabrán
que yo soy el Señor,

que humilla los árboles altos
y ensalza los árboles humildes,

que seca los árboles lozanos
y hace florecer los árboles secos.

Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 91)

Retomando las comparaciones propias de la liturgia de hoy, el salmista nos lleva a dar gracias y proclamar la misericordia y justicia de Dios. Lo haremos contestando: 

Salmo responsorial: Salmo 91, 2-3. 13-14. 15-16

R. Es bueno darte gracias, Señor.

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R.

En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R.

Monición a la segunda lectura (2 Corintios 5, 6-10)

En su carta a los Corintios, pablo nos habla sobre la vida de una comunidad cristiana y, en concreto, sobre el ministerio de un apóstol dentro de esa comunidad.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 6-10

Hermanos:

Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe.

Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.

Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle.

Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Marcos 4, 26-34)

Con su pedagogía admirable de las parábolas, Jesús quiere ahora hacernos entender lo que es el Reino de Dios. Preparémonos con el canto del aleluya para escuchar esas enseñanzas.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra.

Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».

Dijo también:

—«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas».

Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

  1. Por la Iglesia, para que siga construyendo el Reino de Dios, haciendo que los alejados encuentren acogida, y los que ya forman parte de ella se comprometan más por la evangelización. Oremos.
  2. Por los gobiernos de las naciones, para que luchen por la paz y la justicia en el mundo, erradicando toda manifestación de violencia en la sociedad. Oremos.
  3. Por los sufren catástrofes en el mundo, para que la misericordia de Dios no les desampare y puedan siempre sobreponerse a cualquier adversidad. Oremos.
  4. Por nuestra comunidad cristiana, reunida hoy en torno al altar, para que sea lugar de acogida para todos aquellos que quieran buscar el Reino de Dios. Oremos.

Presentación de las Ofrendas

Ofrezcamos al Señor, junto a los dones de pan y vino, nuestros esfuerzos para la construcción del Reino de Dios en este mundo.

Comunión

El Pan y el Vino, convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, son nuestro alimento para fortalecernos en la construcción del Reino de Dios. Acerquémonos con mucha fe y devoción a comulgar.

Final

Al finalizar esta Santa Misa nos retiramos a nuestros hogares, llevando con nosotros la alegría de formar parte de este rebaño que crece cada día, y la misión de ser signos de acogida para los que todavía no forman parte de él.

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