DUODECIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Junio 23 de 2024
Entrada: Hermanos, de nuevo es un gusto reunirnos para celebrar el Nombre del Señor. Hoy, continuamos nuestro camino de esperanza. Cristo es quien dirige nuestra barca, ¿lo hará así con nuestros sentimientos y nuestra vida? Si reconocemos que lo amamos, nuestra vida será buscar que sea de este modo. Celebremos el don de Dios en su Palabra y en la Eucaristía.
Lecturas: Escuchemos, hermanos, el llamado de Dios. La liturgia de este Domingo nos invita a evaluarnos en el amor a Cristo, lo cual tiene la capacidad de tornarnos en criaturas nuevas, es decir, que encontramos un sentido para vivir. Atentos a esta invitación, permitamos que Cristo dirija la embarcación de nuestras existencias. Escuchemos.
Ofrendas: En este momento se llevan al altar las ofrendas que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Con ellas, por manos del sacerdote, también dejamos nuestras vidas para que sean transformadas por el amor de Cristo. Respondiendo a este amor, hagamos la ofrenda de nuestras vidas.
Comunión: Donde habita el amor de Cristo todo se hace nuevo; por eso, Él mismo se nos ofrece mediante este pan consagrado. Que al pasar a comulgar reconozcamos que somos su obra y del mismo modo que hasta los vientos obedecieron, nuestra vida se rinda en aceptación de su Palabra. Con amor pasemos a comulgar.
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