26 junio 2024

DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2024 DOMINGO 13º DURANTE EL AÑO

 PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Celebramos hoy el domingo décimo tercero durante el año, y nos encontramos aquí reunidos para celebrar con fe y esperanza la acción de Jesucristo en nosotros, quien en el Evangelio de hoy nos dirá: "No temas, basta que creas", ya que la confianza total en el Señor y su poder, hace posible el milagro, lo que nosotros vemos como humanamente imposible, y esta fe es la que nos da verdaderamente la paz.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

Dios, Creador de todo lo existente, ha creado al hombre para la vida, ya que la muerte no entraba en su designio; pero el hombre, creado para la inmortalidad y seducido por el demonio, ha introducido en el mundo el pecado, y con él. la muerte. Pero Jesucristo se ha hecho hombre para con su muerte y resurrección, devolvernos la vida, no sólo la del cuerpo, sino también la vida del alma, dándonos paso a la vida que dura para siempre.

 

1ª. LECTURA:     (Sb 1, 13-15; 2, 23-24)       (Ver texto)

 

Dios es el autor de la vida. El hombre, creado a imagen de Dios, participa de esa misma vida. La muerte proviene del orgullo del hombre.

 

SALMO RESP.:      (29, 2. 4-6. 11-12a. 13b)   (Ver texto)

 

                    R.    Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

 

2ª. LECTURA:     (2 Co 8, 7. 9. 13-15)     (Ver texto)

 

El realismo y el sentido común de Pablo, aparece claramente en la cuestión de la colecta para los pobres de Jerusalén; es conveniente que todo el mundo disponga de los mismos bienes para satisfacer las mismas necesidades.

 

EVANGELIO:    (Mc 5, 21-43)    (Ver texto)

 

En este pasaje del Evangelio se nos muestra, en una narración expresada de una forma muy humana, a Jesús dando vida a la hija de Jairo, mostrando su poder sobre la muerte.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Hermanos, que nuestra oración exprese nuestra firme voluntad de trabajar por el bienestar de todos los hombres, porque ésta es la voluntad de Dios, elevemos con fe y esperanza estas peticiones a nuestro Padre del Cielo.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

 

"SEÑOR, AUMENTA NUESTRA FE"

 

Dios, autor de la vida, para que en el Vicario de tu Hijo, hoy Francisco, todos los hombres reconozcamos a quien el mismo Cristo ha designado para guiarla, te pedimos...

 

Señor, Rey del universo, para que junto a nuestro obispo podamos formar una comunidad diocesana firmemente arraigada en el Evangelio y verdaderamente comprometida con su difusión, te pedimos...

 

Señor de la historia, porque queremos que todos los habitantes de esta nación seamos capaces de una conversión profunda de nuestros corazones y así Tú vuelvas a ser el fundamente de nuestras vidas y de nuestra moral, te pedimos...

 

Dios, rico en misericordia, para que nuestras familias sean solidarias y fraternas con el dolor de tantas familias que hoy están necesitadas no sólo de pan, sino de cultura y de Dios, y así ellas puedan descubrir tu providencia de Padre, te pedimos...

 

v Padre bondadoso, para que nuestra confianza en el poder de tu Hijo, el Señor Resucitado, nos haga posible lo que consideramos como humanamente imposible, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Padre nuestro, escucha una vez más nuestra oración. Hágase tu voluntad para que venga a nosotros tu Reino. el Reino de vida y de gracia que nos anunció tu Hijo Jesucristo. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Junto al pan y el vino para el sacrificio, depositemos sobre la mesa del altar, nuestra entrega y total confianza a Aquél que vino para darnos la verdadera vida.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Dios es fuente, fuerza y camino de nuestra vida. Al darle gracias por su constante donación, pidamos que sepamos abrirnos a Él cada vez más.

 

COMUNIÓN:

 

Participar del Cuerpo de Jesucristo significa disponernos a seguir su camino de generosidad, de comunicación de vida. Creemos que este camino -porque es el de Dios- nos llevará de manera segura a la resurrección.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,

pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

 

DESPEDIDA:

 

Al volver ahora a nuestros hogares y a nuestras obligaciones diarias, nos vamos con la certeza que al celebrar esta Eucaristía, anunciamos la muerte de Cristo y la nuestra y proclamamos también su resurrección, y la nuestra.

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