DAME FE, SEÑOR
DAME FE, SEÑOR
Y que no me desangre
por las cosas estériles e inútiles que no merecen la pena
DAME FE, SEÑOR
Y que sienta el brotar de una nueva vida
cuando te palpo por la oración y la Eucaristía
DAME FE, SEÑOR
Y elévame cuando, postrado en mil problemas,
tengo la sensación de que se impondrán a mis posibilidades de hacerles frente
DAME FE, SEÑOR
Y que me levante para siempre escucharte
DAME FE, SEÑOR
Para que, siendo débil como soy,
pueda ser enérgico como Tú quieres que yo lo sea
DAME FE, SEÑOR
Y cura y venda mis heridas
por las que, en hemorragia continua,
siento que se malogra o se pierde mi vida
DAME FE, SEÑOR
Y, cuando pases a mi lado en situaciones distintas
yo sepa reconocerte y, con mi mano,
tocar y aprovechar la salud que irradia tu manto
DAME FE, SEÑOR
Porque la fe, es ver lleno el vacío
Porque la fe, es confiar en lo prometido
Porque la fe, es levantarse aún a riesgo de volver a caer
Porque la fe, es poner a Dios en el lugar que le corresponde
Porque la fe, es atisbar luz donde algunos se empeñan en clavar sombras
DAME FE, SEÑOR
Y, cuando algunos me den por muerto o vencido
grítame a lo más hondo de mi conciencia:
¡A ti te lo digo! ¡Levántate!
Para que, de esa manera, vean que
tu presencia invisible es más poderosa que los eternamente visibles
tu voz es autoridad y sana calmando las heridas
tu paso no deja indiferente al que te mira con amor y te acaricia con fe
¡Gracias, amigo y Señor de la vida!
Javier Leoz
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