09 abril 2024

DOMINGO 14 DE ABRIL DE 2024 DOMINGO TERCERO DE PASCUA

 PREPARACIÓN:    

Antes de la salida del celebrante.

 

Hermanos, celebramos hoy con inmensa alegría, el domingo tercero de Pascua. Y nuestro gozo es porque el Señor vive realmente con nosotros, y porque su vida es también la nuestra.

 

Y esta Eucaristía que vamos a celebrar, es la que verdaderamente acrecienta nuestra fe en su resurrección, es la que alimenta nuestra esperanza de su retorno y es la que también acrecienta constantemente nuestro amor hacia Él y hacia cada uno de nuestros hermanos.

 

AMBIENTACIÓN:

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial.

 

Jesucristo, verdadero Dios, es autor de nuestra vida, natural y sobrenatural, y gracias a su muerte y resurrección, los hombres nuevamente volvemos a ser hijos de Dios. Y Él exige de nosotros una conversión sincera, humilde y suplicante; por su gran misericordia, nos resucita, pero quiere que cada uno de nosotros pidamos humildemente perdón de nuestros pecados y vivamos siempre en actitud de conversión.

 

1ª. LECTURA:             (Hch 313-15. 17-19)    (texto)

 

Pedro, el primero de los Apóstoles, anuncia que Aquél que abrió el camino de la vida, no está muerto: sigue realizando de distintos modos, la restauración admirable de la humanidad.

 

SALMO RESP.:          (4, 2. 4. 7. 9)    (texto)

 

R.   Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.

 

2ª. LECTURA:          (1 Jn 2, 1-5a)     (texto)

 

Esta lectura es un verdadero canto de esperanza: Jesucristo, muerto y resucitado, es la única garantía del perdón que Dios no cesa de darnos.

 

EVANGELIO:           (Lc 24, 35-48)    (texto)

 

Aclamemos jubilosamente a Jesús en su palabra, que hoy, con detallada delicadeza se nos muestra cómo, ya resucitado, estaba con sus discípulos. Cantemos el Aleluya.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Queridos hermanos, oremos con fe al Padre que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos, vida y resurrección de todos los hombres, y que nos ha resucitado a todos nosotros juntamente con Él.

 

GUÍA: A cada una de las intenciones responderemos orando:

 

"POR CRISTORESURRECCIÓN Y VIDA, ESCÚCHANOS SEÑOR"

 

v Señor todopoderoso, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, protégelo y fortalécelo para que siempre, por su palabra, nos haga presente a tu Hijo resucitado, oremos...

 

Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, te pedimos por nuestro obispo, para que, con su testimonio, sea nuestra guía para formar una comunidad diocesana verdaderamente comprometida con el mensaje de la Buena Nueva, oremos...

 

Señor, fuente de toda luz, te pedimos por un verdadero reencuentro de todos los habitantes de nuestra patria, para que todos seamos capaces de transformar nuestras mentes y nuestros corazones, para que en ellos vuelva a reinar la sinceridad y la honestidad, oremos...

 

Señor, Padre de las misericordias, levanta y consuela a los enfermos, a los que sufren, a los que no tienen trabajo, a los que está marginados, y que en nosotros encuentren la ayuda que tanto necesitan, oremos...

 

v Dios, Señor de la vida, te pedimos por nuestra comunidad, para que, viviendo siempre en actitud de conversión y con el testimonio de nuestras vidas renovadas, manifestemos la presencia salvadora de tu Hijo en medio del mundo, oremos...

 

CELEBRANTE:

 

Dios y Padre nuestro, Tú que has llenado el mundo de regocijo por la resurrección de tu Hijo, y le has dado la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial, concédenos vivir unidos a su amor para alcanzar con Él la gloria. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Ofrezcamos al Padre Eterno, nuestro sincero deseo de transformar nuestras vidas, en una renuncia permanente a nosotros mismos, para que así ellas, junto a estas ofrendas, queden consagradas totalmente a Él.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

 

DIALOGO DEL PREFACIO:

 

Elevemos nuestro canto de acción de gracias a Dios, que nos da constantemente pruebas de su amor, y que nos lo ha manifestado hasta el extremo de darnos a su propio Hijo, que ha muerto y resucitado por todos nosotros.

 

COMUNIÓN:

 

Jesús se ha hecho presente entre nosotros en su Palabra, y ahora, con su presencia sacramental, se nos da totalmente en alimento para fortalecer nuestro camino de peregrinos hacia el Reino de los Cielos.

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

Amén.

 

DESPEDIDA:

 

Al terminar nuestra celebración de hoy recordemos que el próximo domingo se llevará a cabo en todo el mundo, la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones. Jornada que nos compromete a todos los católicos, no sólo a orar, sino a trabajar activamente para promoverlas, en nuestras familias y en nuestras comunidades.

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