1.- En la narración de San Marcos de los hechos de la Pasión reluce serenidad en la narración, sin tratar de excitar la compasión.
El señorío de Jesús está siempre sobre todos los acontecimientos, en la cena, en el prendimiento, en los diversos juicios y tribunales.
Es el señorío del Mesías, como Él mismo se presenta ante el Sanedrín y un centurión pagano que reconoce que en realidad “era Hijo de Dios”
Reluce la soledad y el abandono de Jesús por parte de todos los discípulos, de su pueblo y aún de su mismo Padre. Y los sentimientos internos de Jesús no nos los deja entrever el evangelista más que en dos momentos: en el Huerto y en la Cruz.
2.- Valgan estas palabras de homilía, que después de una narración tan maravillosa y serena del evangelista Marcos, creo que mis palabras no servirían sino para desenfocar la palabra de Dios.
Os ruego que hagáis como vuestra, como no ajeno a cada uno. Cada uno somos un personaje importante en esa narración, porque por cada uno se ofreció Jesús a la muerte. Vivámosla con el respeto de quien oye la narración de cuando mi gran amigo dio su vida por mí.
José María Maruri, SJ
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