13 marzo 2024

Moniciones y Lecturas 17 de marzo de 2024 – V Domingo de Cuaresma Ciclo B

Monición de entrada

Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Con la celeración del quinto domingo de Cuaresma, nos acercamos mucho más a la pascua. Sean todos bienvenidos.

La celebración litúrgica de hoy es una invitación gozosa a reflexionar sobre el misterio de nuestra vida hecha fecunda por Cristo. El grano de trigo muere pero después se multiplica en nuevas formas de vida.

Con la esperanza de poder nosotros también morir y resucitar con Cristo, dispongámonos a iniciar esta santa misa. De pie, cantamos.

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

La carta a los Hebreos nos habla de sus «gritos y lágrimas» ante la certeza de su muerte. El evangelio nos recuerda otro momento de «crisis» de Jesús ante la «hora» dramática que ve acercarse, aunque triunfa su voluntad de obediencia al plan salvador de Dios, con la hermosa imagen del grano de trigo que, para dar fruto, tiene que enterrarse y morir.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Jeremías 31, 31-34)

En la primera lectura de hoy, profeta Jeremías habla para una época sumamente trágica de la historia de Israel. Los acontecimientos han superado las peores predicciones y el pueblo necesita ahora ser consolado.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34

«Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva.

No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor —oráculo del Señor—.

Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días —oráculo del Señor—: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: «Reconoce al Señor».

Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande —oráculo del Señor—, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 50)

El autor del salmo 50 hace suyos los sentimientos del profeta Isaías, reconociendo ante Dios la realidad del pecado. Nosotros también clamamos diciendo: 

Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4, 12-13. 14-15.

R. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

Monición a la segunda lectura (Hebreos 5, 7-9)

El pasaje que escucharemos de la carta a los Hebreos, subraya con un gran realismo la condición humana de Cristo Jesús, describiendo el modo cómo Jesús ejercitó el sacerdocio: mediante una obediencia extrema. Escuchemos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 5, 7-9

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.

Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Juan 12, 20-33)

En tres domingos sucesivos se nos presentan -en este ciclo B- otros tantos símbolos expresivos que nos permiten entender mejor el misterio de la Pascua del Señor: el templo que él reedificará en tres días, la serpiente levantada que cura a quien le mira con fe, y hoy el grano de trigo, una imagen muy conocida en el mundo rural de Palestina, con la que Jesús nos explica el sentido de su misión, muerte y resurrección. Preparémonos para escuchar esta Palabra.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:

—«Señor, quisiéramos ver a Jesús».

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:

—«Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.

Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.

Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre».

Entonces vino una voz del cielo:

—«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo».

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo:

—«Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí».

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor

Oración de los fieles

Presidente: Al Señor que ha obrado maravillas y sigue estando grande con nosotros, nos dirigimos con la esperanza de un futuro mejor para todo el mundo. Responderemos todos:

«Dios de la vida, escúchanos»

  1. Para que el papa, obispos y sacerdotes sean fieles a su ministerio y que, conscientes de la misión que Dios les ha confiado, sean hombres de misericordia y de perdón, rectos en el actuar y amantes del bien a favor de todo el pueblo de Dios. Oremos.
  2. Por quienes ostentan el poder sobre la tierra, para que el perdón y la misericordia se impongan al espíritu de egoísmo y venganza. Oremos.
  3. Para que todos aquellos que sufren la esclavitud del pecado puedan recorrer el camino del grano de trigo y morir a sí mismos para resucitar con Cristo. Oremos.
  4. Para que todos nosotros descubramos la ley que Dios puso en nuestros corazones y la vivamos a imagen de Jesús. Oremos.

Presidente: Padre lleno de misericordia, concédenos que, através de las pruebas de la vida, sepamos participaríntimamente de la pasión de tu Hijo amado y – alcanzando la fecundidad del grano que muere–merezcamos ser reunidos, como cosecha buena, enlos graneros de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Presentación de las Ofrendas

Presentemos ahora al Señor las ofrendas de Pan y Vino. También entreguémosle nuestro corazón quebrantado y humillado, pidiendo al Señor que nos conceda un sincero arrepentimiento. Cantamos…

Comunión

«Oh Dios, crea en mí un corazón puro» hemos aclamado con el salmista. Con ese corazón puro vayamos cantando a recibir a Cristo, Pan de vida bajado del cielo para darnos una vida nueva y eterna.

Final

Que nuestra manera de vivir haga cercano elrostro de Dios  a aquellos con quienes convivimos en nuestra vidadiaria y podamos podamos presentarle a Jesús nuevos discípulos, como lo hicieron un día los apóstoles Felipe y Andrés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario