Dios es la luz que ilumina nuestras oscuridades,
Él conoce aquello que nos preocupa y nos ocupa,
Él sabe bien los duelos que vivimos cada uno,
Él está al tanto de todo el que sufre, llora y no puede más.
Dios sabe bien del dolor de la enfermedad y de la soledad,
conoce hasta el último rincón de nuestros miedos,
nos envuelve cuando nos duele el corazón,
nos acompaña cuando nos rasga la nostalgia.
Él sabe de los niños de la calle y de las mujeres de la esquina,
de los parados, las madres cansadas, los drogadictos,
los tristes, los sosos, los que no saben decir el amor,
los que viven en la rutina de un sindios cotidiano.
Jesús conoció el dolor en la cruz y el abandono,
pero resucitó para decirnos que está a nuestro lado
y con Él podemos con todas las dificultades,
pues viene a iluminar nuestras pequeñas oscuridades
y apagones tremendos que parecen eternos.
Hoy es la fiesta de los que se sienten solos y perdidos,
de los serios, los cansados y los desanimados,
de los incurables y de los moribundos,
de los que están muertos por dentro.
Viene a resucitarnos.
Dios viene a traer luz, calor y Vida abundante.
Él quiere que vivamos con amor desbordante.
Alegrémonos que Él camina la vida a nuestro lado.
Mari Patxi Ayerra
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