Monición de entrada
Queridos hermanos: el tercer domingo de cuaresma nos sigue preparando para la gran Fiesta de la Pascua.
Cuaresma es tiempo para limpiar nuestro templo interior y prepararlo para la gran fiesta de la Pascua. Hoy Dios nos seguirá conduciendo a hacia esa purificación y limpieza.
De pie y comencemos esta celebración cantando juntos.
Moniciones a las lecturas
Monición única para todas las lecturas
La primera lectura y el evangelio de hoy nos sitúan ante dos pilares fundamentales para el judaísmo: la ley dada por Dios a Moisés y el templo, lugar sagrado donde se ofrecían los sacrificios cultuales. Escuchemos atentamente.
Moniciones para cada lectura
Monición a la primera lectura (Éxodo 20, 1-17)
Entre las alianzas que Dios estableció con el pueblo de Israel, escuchemos hoy la más importante del AT: la Alianza que hizo Yahvé con su pueblo, por la mediación de Moisés, en el monte Sinaí, a la salida de Egipto.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras:
No tendrás otros dioses frente a mí.
Fíjate en el sábado para santificarlo.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás testimonio falso contra tu prójimo.
Palabra de Dios.
Monición al Salmo responsorial (Salmo 18)
El salmista está convencido de que en los mandamientos está la clave de la verdadera armonía interior y exterior. Convencidos también nosotros, contestaremos:
Salmo responsorial: Salmo 18, 8. 9. 10. 11
R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
Monición a la segunda lectura (1 Corintios 1, 22-25)
A la comunidad de Corinto, que se está polarizando en torno a sus evangelistas, Pablo les recuerda el evangelio al que se deben todos, predicadores y oyentes. Escuchemos también nosotros.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 22-25
Hermanos:
Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados —judíos o griegos—, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Palabra de Dios.
Monición al Evangelio (Juan 2, 13-25)
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-25.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
—«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
—«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
—«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
—«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.
Palabra del Señor.
Oración de los fieles
En este tiempo de Cuaresma, nuestro Padre Celestial nos invita a una escucha cada vez más atenta de su Palabra. Elevemos a Él confiadamente nuestras plegarias diciendo juntos: «Padre de amor, escúchanos»
- Para que nuestra Iglesia siga manifestando el celo por el Evangelio y transparente, a través de sus leyes e instituciones, la ley nueva de Cristo. Oremos.
- Para que la legislación de nuestros gobernantes tenga como principio la justicia divina, basada en la Ley de Dios. Oremos.
- Por todos nosotros, para que, acogiendo la Palabra de Dios con amor, hagamos que nuestro culto sea la expresión de nuestra muerte y resurrección en Cristo cada día de nuestra vida. Oremos.
Presentación de las Ofrendas
Al presentar las ofrendas de pan y vino, entregamos al Señor también nuestras esperanzas e ilusiones. Cantamos…
Comunión
El Pan y el Vino, convertidos en el Cuerpo y Sangre de Cristo, se nos ofrece hoy a cada uno de nosotros. Acerquémonos con devoción y fe a recibirle. Cantamos…
Final
«Muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía». Vayamos a dar signos de nuestra vida cristiana para que el mundo crea en Jesús.
Con el propósito de amar a Dios y al prójimo y cumplir a plenitud los mandamientos que hemos escuchado hoy, nos retiramos a nuestros hogares, esperando encontrarnos nuevamente aquí el próximo domingo.
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