II DOMINGO DE CUARESMA: «ESTE ES MI HIJO AMADO, ESCUCHADLE»Ciclo B
CANTO DE ENTRADA: “Cuarenta días caminando”
MONICIÓN DE ENTRADA:
Bienvenidos, en este 2º domingo de la Cuaresma, a seguir los pasos de Jesús.
¡Qué importante es que le escuchemos! ¡Qué importante que pongamos nuestros ojos en El!
La Iglesia, la Eucaristía de cada domingo, la Palabra de Dios, la catequesis y otras tantas cosas, son como montañas desde las cuales contemplamos la Gloria de Dios: “tú eres mi hijo amado, escúchame”.
Demos gracias a Dios por estar aquí. Y, sobre todo, porque en Jesús encontramos un modelo para alcanzar la meta de nuestra alegría y vida cristiana.
Amigos: La luz nos da seguridad y nos alegra el corazón. La oscuridad nos da miedo y nos pone tristes. Hoy Jesús, en el evangelio, se va a mostrar a sus amigos como “lleno de luz”, “transfigurado”. En este camino de cuaresma este evangelio de Jesús nos ayuda a mirar a la Pascua: meta llena de luz. Vamos a celebrar. Vamos a participar.
ACTO PENITENCIAL:
— Tú nos invitas a separarnos un poco del mundo para encontrar la fuerza que viene de Dios. Señor, ten piedad.
— Tú, Jesús, nos enseñas que –lo que en la vida merece la pena- hay que conquistarlo con esfuerzo y sacrificio. Cristo, ten piedad.
— Tú, Señor, nos ayudas a comprometernos por los demás. A no quedarnos en la fe cómoda y sin referencia a la caridad o a la justicia. Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA:
Padre bueno que te manifestaste en la montaña para decir que Jesús es tu Hijo y teníamos que escucharle, haz que nuestros oídos estén atentos a su Palabra y ayúdanos a comprender su sentido. Por el mismo Jesús, tu Hijo y Señor nuestro.
LITURGIA DE LA PALABRA
LECTURA: Génesis 22, 12.9-13.1518
CANTO: “Escucha tú, la palabra”
EVANGELIO: Evangelio según San Marcos 9, 2-10
HOMILÍA:
Frase para comentar:
«Maestro, ¡qué bien se está aquí!
Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»
Imagen para comentar:
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Vamos a hacer las peticiones de la siguiente manera: en torno a Jesús iremos poniendo cuatro palabras que nos recuerdan algunos rasgos de su vida. Después de poner cada palabra haremos la petición correspondiente a la que responderemos: Ayúdanos Señor.
(PONEMOS LA PALABRA COMPASIVO)
–Para que sepamos abrir nuestro corazón a Jesús, que fue compasivo y misericordioso. Oremos. Ayúdanos Señor.
(PONEMOS LA PALABRA SINCERO)
–Para que sepamos abrir nuestro corazón a Jesús, que fue un hombre sincero y valiente y que dijo siempre la verdad. Oremos. Ayúdanos Señor.
(PONEMOS LA PALABRA FIEL AL PADRE)
–Para que sepamos abrir nuestro corazón a Jesús, que fue un hombre preocupado por cumplir la voluntad de su Padre. Oremos. Ayúdanos Señor.
(PONEMOS LA PALABRA AMIGO)
–Para que sepamos abrir nuestro corazón a Jesús, que supo compartir su amistad con todas las personas. Oremos. Ayúdanos Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO:
–Señor, yo te traigo hoy este farol encendido. Esta luz es el símbolo de Jesucristo. Y te la ofrezco como signo de mi trabajo y del trabajo de tu Iglesia por la transformación del mundo. La queremos hacer según tu Hijo Jesucristo y a sabiendas de que la definitiva nos la regalarás Tú en tu Reino.
–Te traemos esta radio, que nos sirve para estar en contacto con lo que sucede en el mundo a través del oído. Con ella queremos expresar que todos nosotros somos oyentes de tu Palabra, que queremos vivir escuchándote en todo momento y así acoger a tu Hijo amado.
–Te traemos Señor, esta roca, como signo de que Tú eres nuestro refugio y fortaleza. Que siempre recordemos que, en todos nuestros momentos, alegres y tristes, podemos refugiarnos en Tí.
–Con el Pan y el vino traemos hasta el altar nuestro deseo de no perdernos, ni un solo domingo, la Palabra de Dios que nos salva y nos sana. Háblanos, Señor, y que nunca nos cansemos de celebrar tu presencia.
CANTO: ¿QUÉ TE PUEDO DAR?
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:
Acepta, Padre de bondad, estas ofrendas que te presentamos y transfórmalas en el altar, donde también ponemos nuestros corazones, para que sean el alimento que nos permita disfrutar de Tu presencia en nosotros. PJNS.
PLEGARIA EUCARÍSTICA
PREFACIO:
Te damos gracias, Padre amoroso, por lo que cada día nos das. Pero especialmente debemos agradecerte que tu Hijo, Jesús, hecho hombre nos haya mostrado lo que nos espera junto a Ti. Sabemos, como Pedro, que se está tan bien que podemos correr la tentación de quedarnos aquí, pero Jesús nos enseñó que había que volver a la realidad y fijarnos en la situación del mundo, parar transformarlo. Por eso, junto a tus amigos y los que están contigo en el cielo, te cantamos…
SANTO
PADRENUESTRO (cantado en el altar)
CANTO DE LA PAZ: “LA PAZ TE DOY A TI MI HERMANO”
CANTO: (este canto es para antes de la comunión, en el momento de la invitación a participar del banquete eucarístico)
«El Señor Dios nos amó
Como a nadie amó jamás
Él nos guía como estrellas
Cuando no exístela luz,
Él nos da todo su amor
Mientras la fracción del pan,
Es el pan de la amistad,
El pan de Dios.
Es mi cuerpo
Tomad y comed
Esta es mi sangre
Tomad y bebed,
pues yo soy la vida
yo soy el amor.
¡Oh Señor, condúcenos
hasta tu amor!»
CANTO DE COMUNIÓN: “No adoréis a nadie más”
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:
Gracias, Padre bondadoso, por este rato en el que hemos podido disfrutar del Tabor y nos has permitido entrever lo que nos espera junto a Ti. Danos las fuerzas para vivir de verdad esta cuaresma y que nos sintamos transformados en verdaderos hijos tuyos que se preocupan los unos por los otros. PJNS.
ORACIÓN FINAL:
¡Señor te ofrezco mi pobreza!
Señor, hoy te hemos visto en el monte orando,
llenando a tus apóstoles de luz y de vida nueva,
mostrándoles que la cruz es camino de resurrección,
fortaleciéndoles con tu Palabra y tu presencia.
Señor, yo he pensado
que soy un desastre, pero te quiero,
ya hace años que salí de tus manos
pero mi alforja está vacía,
mis flores mustias y descoloridas,
me espanta mi pobreza
pero me consuela tu ternura
estoy ante Ti como un cántaro roto,
pero con mi mismo barro
puedes hacer otro a tu gusto.
Señor ¿qué te diré cuando me pidas cuentas?
Te diré que mi vida, humanamente,
ha sido un fallo, que he volado muy bajo.
Acepta pues, la ofrenda de mi vida,
es como una flauta llena de agujeros
pero tómala en tus manos divinas.
Que tu Música pase a través de mí
y llegue hasta mis hermanos
que sea para ellos ritmo y melodía
que acompañe su caminar.
CANTO FINAL: “Rompe a golpes”
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