01 febrero 2024

4 DE FEBRERO DE 2024 DOMINGO 5º DEL TIEMPO ORDINARIO «B»

 R I T O S    I N I C I A L E S


CANTO DE ENTRADA.

Cuando estamos reunidos en tu nombre, en medio de nosotros, en medio de nosotros, en medio de nosotros estás tú.

 

En medio de vosotros, animando el encuentro, alzando las plegarias, avivando la fe, avivando la fe. 

 

SALUDO Y  MONICIÓN. 


ACTO PENITENCIAL.


GLORIA.


ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA.

Lectura del libro de Job 7, 1-4. 6-7.

 

Job habló diciendo: «¿No es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra, y sus días como los de un jornalero?; como el esclavo, suspira por la sombra; como el jornalero, aguarda su salario.

Mi herencia han sido meses baldíos, me han asignado noches de fatiga. 

Al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? 

Se me hace eterna la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.

Corren mis días más que la lanzadera, se van consumiendo faltos de esperanza. 

Recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no verán más la dicha». 

      PALABRA DE DIOS


SALMO RESPONSORIAL. Salmo 146.

Antífona: Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.

 

Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel.

 

Él sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su nombre.

 

Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida. El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los malvados. 

 

SEGUNDA LECTURA.  

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23.

 

Hermanos:

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. 

No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! 

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. 

Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. 

Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos. 

Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

PALABRA DE DIOS


ALELUYA.

Antífona: Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades. 

 

EVANGELIO.  

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 29-39.

 

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. 

La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. El se acercó, la cogió de la mano y la levantó.  Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. 

Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. 

Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca».

Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido». 

Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios. 

  PALABRA DEL SEÑOR


HOMILÍA.


CREDO. 


ORACIÓN DE LOS FIELES.


LITURGIA EUCARÍSTICA


OFERTORIO.

Canto: 

En tus manos divinas de Padre hemos puesto, Señor, nuestro mundo.

 

Estos brazos que elevan alegres las ofrendas de vino y de pan.

 

Nuestro mundo camino hacia el cielo, nuestras almas hambrientas de Ti.

 

Esta tierra labrada con pena, donde brilla velada tu luz. 

   

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.


PREFACIO Y SANTO.


PLEGARIA EUCARÍSTICA.


RITO DE LA COMUNIÓN


PADRE NUESTRO.


RITO DE LA PAZ.


CORDERO DE DIOS.


COMUNIÓN.

Canto:

Gracias, quiero darte por amarme.  Gracias quiero darte yo a ti Señor.  Hoy soy feliz porque te conocí.  Gracias por amarme a mí también.

 

Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero.  Toma mi vida, hazla de nuevo,  yo quiero ser: un vaso nuevo.  Toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser: un vaso nuevo.

 

Te conocí y te amé.  Te pedí perdón y me escuchaste.  Si te ofendí, perdóname Señor, pues te amo y nunca te olvidaré. 

   

ORACIÓN.


RITO DE CONCLUSIÓN.


BENDICIÓN Y DESPEDIDA.


Canto.

Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.  La mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.

 

Te damos gracias, Señor. Te damos gracias, Señor. Te damos gracias, Señor. Te damos gracias, Señor.  

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