CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Enero 28 de 2024
Entrada: En la Eucaristía el Señor nos alimenta con su Palabra, con su Cuerpo y con su Sangre y nos hace testigos de su amor. Como consagrados del Señor, de acuerdo con la vocación en la que cada uno sirve a Dios, iniciemos esta celebración litúrgica renovando nuestros compromisos bautismales como profetas, sacerdotes y reyes. Participemos con fe y devoción.
Lecturas: Jesucristo con sus gestos y palabras, testimonia la autoridad que le viene del Padre e inaugura el Reino de Dios. Cada uno de nosotros llamados a la santidad testimoniamos el mandato del Señor con la coherencia de nuestra vida mediante las palabras y las buenas obras. Escuchemos atentamente.
Ofrendas: Los dones que presentamos han de ir acompañados de nuestro sincero deseo de llevar una vida sencilla, recta y llena de misericordia para con nuestros hermanos.
Comunión: Solo Cristo puede saciar nuestros anhelos de bienestar y felicidad, Recibámoslo ahora en la comunión con un corazón limpio.
ORACIÓN UNIVERSAL
Queridos hermanos: Con la autoridad de Jesucristo, dirijamos a Dios Padre la oración que suscita en nosotros el Santo Espíritu. Respondamos diciendo: Te rogamos, óyenos.
1. Por la Iglesia y sus ministros: el papa Francisco, nuestros obispos, sacerdotes, religiosos, consagrados y fieles laicos, para que en el ejercicio de su vocación sean coherentes en sus gestos y palabras. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de las naciones para que, siguiendo a Jesucristo, puedan hablar y actuar con verdad, justicia y paz procurando la equidad entre sus habitantes. Roguemos al Señor.
3. Por los padres de familia, para que puedan educar a sus hijos en el testimonio que brota de la coherencia de sus vidas. Roguemos al Señor.
4. Por la unidad entre los cristianos, para que, inspirados en la autoridad de Jesucristo, trabajemos por la verdad y la caridad entre todas las personas y evitemos la mentira y la seducción hacia doctrinas confusas que confunden y extravían. Roguemos al Señor.
Acoge, Padre Santo, nuestras súplicas, y con la luz de tu Hijo ilumina nuestras vidas para que podamos ser portadores de esa luz para todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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