04 enero 2024

Moniciones y Lecturas sábado 6 de enero de 2024 -Solemnidad de la Epifanía del Señor

 Monición de entrada

Queridos hermanos, les damos una cordial bienvenida  a esta Santa Misa, para celebrar juntos la gran Solemnidad de la Epifanía, o manifestación del Señor.

La fiesta de hoy, prolongación de la Navidad, tiene en nuestra liturgia como protagonistas a unos magos de tierras extrañas que vienen a adorar al Mesías. Celebramos, en el Niño nacido de María, la manifestación de aquel que es el Hijo de Dios, el Mesías de los judíos y la luz de las naciones.

Como los reyes magos se dejaron guiar por la luz de aquella estrella, nosotros nos dejamos conducir también para adorar y celebrar con gozo al niño Jesús. De pie, cantamos el canto de entrada…

Monición única para todas las lecturas

En la fiesta de la Epifanía celebramos que el nacimiento de Jesús en Belén es Buena Noticia para todo el universo. Como vemos en el evangelio, no son sólo unos pocos vecinos los que están al tanto del acontecimiento: desde oriente han llegado algunos para adorar al Niño. Es una forma de cumplimiento de lo anunciado por Isaías en la primera lectura. Y la carta a los Efesios insiste: todos los hombres y mujeres de la tierra somos herederos de la misma salvación. Por eso deseamos con el salmo que todos los reyes de la tierra se postren ante el Señor. Escuchemos atentos.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Is 60, 1-6)

Con un lenguaje muy poético, el profeta Isaías anuncia la alegría de la salvación, la vuelta de los desterrados, una salvación universal centrada en Jerusalén, sobre la cual brilla una luz. El profeta, lleno de entusiasmo, anuncia cómo vendrán desde las regiones más lejanas a ofrecer sus regalos a Jerusalén, preparando así el acontecimiento de los magos que vienen a adorar al Niño.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 60, 1-6

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz;
la gloria del Señor amanece sobre ti!

Mira: las tinieblas cubren la tierra,
la oscuridad los pueblos,

pero sobre ti amanecerá el Señor,
su gloria aparecerá sobre ti;

y caminarán los pueblos a tu luz;
los reyes al resplandor de tu aurora.

Levanta la vista en torno, mira:
todos ésos se han reunido, vienen a ti:

tus hijos llegan de lejos,
a tus hijas las traen en brazos.

Entonces lo verás, radiante de alegría;
tu corazón se asombrará, se ensanchará,

cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar,
y te traigan las riquezas de los pueblos.

Te inundará una multitud de camellos,
los dromedarios de Madián y de Efá.

Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro,
y proclamando las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 71 )

El salmo responsorial insiste: «se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra» y habla de los que vendrán desde lejos -Tarsis, Saba, Arabia- a ofrecer sus dones al «rey», que nosotros vemos como figura del Mesías, que hoy recibe estos regalos de los magos que vienen de lejos.

Salmo responsorial: Salmo 71, 2. 7-8. 10-11. 12-13

R. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.  R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.  R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos;
que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.  R.

Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.  R.

Monición a la segunda lectura (Ef 3, 2-3a. 5-6)

San Pablo en su carta a los efesios, nos manifiesta la universalidad de la salvación que el niño recién nacido trae para el hombre; no solo para el pueblo judío, sino también para nosotros.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos:

Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.

Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.

Palabra de Dios.

Monición al evangelio (Mt 2, 1-12)

El evangelio de San Mateo nos cuenta el episodio de los reyes magos que vienen a visitar al recién nacido Mesías. Esos personajes que vienen desde lejos, obedientes a una intuición misteriosa, llegan hasta Jesús, lo reconocen como el enviado de Dios y «cayendo de rodillas, lo adoran».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.

Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

—«¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron:

—«En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta:

«Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las ciudades de Judá;
pues de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel»».

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:

—«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.

Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Opción 1

Presidente: A Jesús, rey de la historia y salvador de todos los pueblos, elevemos nuestras invocaciones, confiados y seguros, como los Magos, de su poder y su bondad. Oremos juntos diciendo:

Cristo, luz del mundo, ilumina a cada hombre.

  1. Por la Iglesia, para que , como la estrella que guió a los Magos, siempre sea capaz de iluminar la desesperanza, el sinsentido y las contradicciones de la historia, con la luz de Cristo, salvación de las gentes. Oremos.
  2. Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que sean para nosotros guías sabios y que con dulzura y responsabilidad ayuden a todo hombre a acoger a Cristo en su vida..
  3. Por los jefes de Estado, para que no sean, como el rey Herodes, enceguecidos por el poder, el interés personal o el miedo, sino que vivan su compromiso con dedicación y atención al bien común, la paz y al cuidado de la vida. Oremos.
  4. Por todos los niños que sufren, para que el Niño Jesús pose su mirada sobre las violencias y explotaciones, sobre la falta de familia, de instrucción y de alegría de tantos pequeños en todo el mundo, y sacuda la conciencia de quienes siguen ultrajando y violentando la infancia. Oremos.
  5. Por todos nosotros, reunidos en torno al altar de Dios en esta solemnidad, y que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas de del Evangelio, comenzando por la que hemos recibido hoy, en esta santa misa. Oremos.

Presidente: Cristo Jesús, que la misma gran alegría que sintieron los reyes Magos al verte y reconocerte, nos acompañe también a nosotros en en nuestro camino cotidiano. Sostennos con tu luz y asístenos con lo que te hemos pedido con confianza, te lo Pedimos a Ti, Señor, que vives y reinas con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Opción 2

Presidente: Elevemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día en que Dios manifiesta su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a notros la luz radiante de su gloria. Hagámoslo diciendo todos:

Ilumínanos con tu luz, Señor.

  1. Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de su Señor, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles a fin de que se decidan a hacer brillar la luz de Cristo ante todas las naciones. Oremos. 
  2. Por los gobernantes: para que en sus decisiones busquen lo que conduce a la paz y a la justicia. Oremos. 
  3. Por los enfermos y por cuantos luchan y sufren sin esperanza: para que se les manifieste el amor de Cristo que les conforte en la prueba. Oremos. 
  4. Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas de Evangelio. Oremos.

Presidente: Padre de bondad infinita, escucha las oraciones que tus hijos te hemos dirigido y atiéndelas, según tu voluntad, en el día en que celebramos la Solemnidad de la Epifanía de tu Hijo Jesús, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.

Presentación de las Ofrendas

Como los reyes magos, nosotros también ofrecemos en este momento al Señor nuestros presentes, especialmente nuestro corazón dispuesto a recibirle. 

Comunión

Cristo se nos ha manifestado hoy y se presenta también bajo las especies del pan y el vino. Acerquémonos a comulgar con mucha fe y devoción.

Final

Después de hacer conciencia de la universalidad de la salvación, nos llevamos el compromiso de compartir esta gran noticia con todos aquellos que son indiferentes ante el mensaje salvífico que nos proclama la Iglesia.

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