25 enero 2024

La misa del domingo 28 de enero: misa con niños

 DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO

SALUDO

La Palabra de Días y la eucaristía nos convocan, un domingo más, a la mesa del Señor. Domingo tras domingo nos reunimos aquí en respuesta a esta llama­da, a esta invitación de Jesús. Pero no debemos dejar, en ningún momento, que la rutina pueda con nosotros, de forma que, en vez de partícipes, seamos meros es­pectadores. La eucaristía no es algo para «ver» sino para celebrar, para vivir. Por eso, si hemos venida como espectadores aún estamos a tiempo de marcharnos y emplear el tiempo en algo que nos “entretenga» más. Sí hemos venido a participar recordemos que hoy, como siempre., nuestra mesa está presidida por el Señor Jesús.

ACTO PENITENCIAL

  • Por todas las veces en que no hemos sabido hacer el uso debido de nuestra autoridad, y de nuestro poder. SEÑOR, TEN PIEDAD.
  • Por todos nuestros actos carentes de amor hacia los demás. CRISTO, TEN PIEDAD.
  • Por todas las veces que no hemos sabido liberar a los demás de sus opresiones. SEÑOR, TEN PIEDAD.

ORACION COLECTA

Señor, concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda, en consecuencia, a todos los hombres. Por nuestro Señor.

LECTURA NARRATIVA

El libro del Deuteronomio nos muestra hoy, de for­ma escueta y clara, qué es un profeta del Señor. El pro­feta es un mensajero. Habla en nombre de Dios a los hombres; pero no es él quien maneja la Palabra de Dios. Es esta Palabra la que maneja al profeta, hacién­dose activa ralidad en él.

LECTURA APOSTOLICA

Pablo, en unos momentos en los que todavía estaba convencido de la proximidad del fin del mundo, habla fervientemente en favor del celibato. Hoy, sin ese pen­samiento de proximidad del fin del mundo, el celibato  sigue teniendo unos valores que no son contrapuestos a los del matrimonio. Ambas actitudes de valores, distintos pero no contrapuestos, porque ambas  son dones de Dios.

LECTURA EVANGELICA

El pueblo de Israel, a lo largo de toda su historia,  aparece expectante del Mesías, profeta único y distinto. Tan único y distinto fue Jesús que   de él todos llegarán a decir: «este enseñar con autoridad es nuevo.

ORACION DE LOS PIELES

Presentemos al Padre nuestras plegarias, por medio de Jesucristo. Oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

1.- Oremos por la Iglesia, por todos los cristianos, Que seamos portadores de la Buena Noticia de Jesús que libera del mal y trae la salvación. OREMOS:

2.- En la proximidad de la fiesta de la Candelaria, oremos por los monjes y monjas, religiosos y religiosas, y todos los que se han entregado a la vida consagrada. Que vivan con mucha fe y esperanza su carisma y sean testigos que desvelen nuevas vocaciones. OREMOS:

3.- Oremos también por los mayores. Que sean valorados como es debido y que su sabiduría y experiencia sean aprovechados como una valiosa aportación para un futuro mejor para todos. OREMOS:

4.- Oremos por todos los que han perdido el trabajo o han tenido que cerrar sus negocios a causa de la crisis sanitaria. Que encuentren apoyo en las instituciones y en la generosidad de toda la sociedad. OREMOS:

5.- Oremos por todos nosotros. Que la celebración de la Eucaristía nos empuje a vivir más fieles al camino de Jesús. OREMOS:

Escucha, Padre, nuestra oración, y haz que nunca dejemos de seguir a Jesús, que es luz y esperanza para toda la humanidad. Él, que vive y reina por los  siglos de los siglos

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Presentamos, Señor, estas ofrendas en tu altar como signo de nuestra servidumbre; concédenos que al ser  aceptadas, por tí, se conviertan para tu pueblo en sacramento de vida y redención. Por Jesucristo.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Reanimados por estos dones de nuestra salvación te suplicamos, Señor, que el pan de vida eterna nos haga crecer continuamente en la fe verdadera. Por Jesucristo.

DESPEDIDA

Todo está en nuestras manos. La autoridad y el  poder de Jesús no eran para convertir a la gente por la fuerza, sino para tener la fuerza suficiente como para llevar un estilo de vida que convenciera. Por eso,  repito, todo está en nuestras manos- porque sabemos  lo que él hizo y lo que nos dijo que híciesemos- y en  el amor de Dios -porque sabemos que nos dijo que no nos abandonaría nunca-; es por eso que no debieramos fallar. Las necesidades del mundo están ahí. ¿Responderemos?

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