• La palabra “evangelio” (1) significa “buena nueva”, “anuncio gozoso”, y en un primer momento designaba el anuncio de Jesús sobre la proximidad del Reino de Dios (Mc 1,14); en realidad, toda la enseñanza de Jesús, y todavía más los hechos de su vida, muerte y resurrección, eran el Evangelio, la Buena Nueva que había que anunciar a todos (1 Co 15,1-5). Sólo después de un tiempo la palabra Evangelio se utilizó para hablar de los escritos que contienen todo lo que se refiere a Jesús y a su anuncio (los cuatro Evangelios).
• Sobre Jesús como “Cristo” o “Mesías” (1) es significativa la confesión de Pedro (Mc 8,29), que nos ayuda a entender el sentido de este título. El reconocimiento de Jesús como Mesías por parte de Pedro marca un punto central del Evangelio según Marcos: después de un tiempo de ver su actividad y escuchar su enseñanza, los discípulos son capaces de reconocer quién es Jesús; a partir de ese momento, sin embargo, Él mismo les irá mostrando cómo hay que entender su mesianismo: Jesús no es un Mesías guerrero y triunfador, sino un Mesías que acepta el sufrimiento y la muerte para salvar a los hombres. También hallamos este título en 14,61 y en 15,32.
• Sobre el título “Hijo de Dios” (1), en Marcos hallamos que Dios mismo revela que Jesús es su Hijo (Mc 1,11; 9,7). Es un título que se encuentra en boca de los demonios (Mc 1,24; 3,11; 5,7) y de un pagano (Mc 15,39). El mismo Jesús se proclama Hijo de Dios en su proceso (Mc 14,61-62).
• Lo que Marcos atribuye a Isaías es una combinación de Ex 23,20 y Ml 3,1 -en lo que se refiere al versículo 2- y de ls 40,3, en lo tocante al versículo 3.
• El bautismo de Juan (4-5) es un signo externo que tiene que ir unido a la conversión y al reconocimiento ante Dios de los propios pecados (Lv 5,5-6; Dn 9,4-19; Ne 9,6-37; Ba 1,15–2,10).
• El vestido de Juan (6) es característico de los profetas (2Re 1,8; Za 13,4).
• Desatar las sandalias (7) era una de las tareas que tenían que realizar los esclavos cuando su dueño volvía a casa. Juan expresa con esta imagen su situación en relación con el Mesías que está a punto de llegar.
• El bautismo con Espíritu Santo (8), el que viene después de Juan, lo hallamos en Hch 1,5; 11,16; 19,2-4.
• Los profetas, Juan -con el simbolismo que lo describe-, el futuro que esperan y preparan… nos invitan a cambiar -conversión-, a “preparar el camino al Señor” (3), a “comenzar el Evangelio” (1).
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