Para preparar: el Power Point o el panel con el dibujo de la ciudad; el dibujo de la nube, que luego despegaremos; la corona de Adviento.
INTRODUCCIÓN GENERAL
LA CIUDAD
La “ciudad” en la que vivimos no es todo lo bonita que debería ser. Y, cuando decimos “la ciudad”, no estamos hablando de una en concreto (Madrid, Orense, Sevilla, Albacete, París, Roma o Moscú, la que sea...) sino del sitio donde vivimos cada uno de nosotros:
– en primer lugar, el mundo entero;
– en segundo lugar, nuestro país;
– en tercer lugar, nuestra ciudad, pueblo, barrio...;
– en cuarto lugar, nuestra familia;
– y en quinto lugar, nuestro corazón. ¡Todo eso es... “la ciudad”!
NUESTRO “ADVIENTO”
El tiempo del Adviento, que hoy comienza, son CUATRO SEMANAS en las que nos preparamos para “recibir a Jesús” que QUIERE VIVIR EN MEDIO DE NOSOTROS, es decir, en nuestra “ciudad” ...
Nos preguntamos
• ¿Cómo tendría que ser esa “ciudad” para que Jesús pudiera estar a gusto en ella? Es decir: ¿cómo tendría que ser nuestro mundo, nuestro país, nuestra ciudad (pueblo, barrio...), nuestra familia, nuestro corazón...?
• Esa “ciudad” es una ciudad “ideal” ... que, en realidad, no existe, ¿verdad?
• ¿Por qué nos parece que “no existe”?
Podemos decir que esa ciudad es “ideal”, es decir, que es una ciudad que está... “en las nubes”... y hay que ponerle “algo” para que esté “en la tierra” ...
La imagen de esa ciudad la podemos presentar en un panel (o en el Power Point), teniendo en cuenta que la imagen que ahora presentamos sólo es útil para este momento de presentación.
Así que, a lo largo de todo este Adviento, vamos a preparar unas COLUMNAS BIEN FUERTES Y FIRMES para hacer que esa ciudad no esté “en las nubes” sino apoyada y segura aquí, en la tierra, entre nosotros... La imagen “definitiva” que nos acompañará progresivamente domingo a domingo la presentaremos más adelante, no ahora.
Por tanto, cada semana de Adviento, la Palabra de Dios nos va a ir diciendo lo que tenemos que hacer para CONSTRUIR LAS COLUMNAS sobre las que pueda asentarse “LA CIUDAD DE JESÚS”. Cada columna tendrá puestas ya cuatro piedras fuertes, pero la última piedra la vamos a poner nosotros completando así su fortaleza ...
1.- Monición de entrada
Hoy comenzamos el Adviento: tiempo para preparar el nacimiento de Jesús, ¡la Navidad! Lo vamos a hacer a lo largo de estas cuatro semanas próximas. Pero hay muchas formas de prepararse para hacerlo: unas más comerciales y vacías (bombillas de colores, tiendas, regalos...), y otras más auténticas. Nosotros, a lo largo de estas próximas celebraciones dominicales, vamos a intentar hacerlo más “en serio” y “de verdad” .... Para ello, seguiremos un plan que en seguida vamos a ver. Antes de ello. comenzamos la celebración expresando en forma de canto nuestro deseo de recibir a Jesús.
2.- Saludo del sacerdote
Ahora que ya sabemos cómo debería ser “la ciudad de Jesús”, sabemos también que muchas veces le cerramos las puertas a Jesús, y lo hacemos de muchos modos y maneras. En este Adviento, pues, queremos construir UNA CIUDAD DONDE PUEDA NACER y VIVIR JESÚS. No vamos a necesitar dinero ni materiales caros de construcción. Sólo vamos a necesitar unas COLUMNAS SÓLIDAS Y
RESISTENTES SOBRE UNA BASE FIRME, de manera que puedan soportar todas las embestidas del tiempo y que puedan cobijar a todas las gentes que quieran. Sin esas columnas sólidas, nuestra ciudad estará sobre el aire, “·en las nubes”.... sin nada que la sostenga.
(Enseñar el mural o el Power Point de la ciudad en el aire, sin columnas que le sostengan)
3.- Corona de Adviento
Encendemos, Señor, esta primera luz,
como aquél que permanece en vela, esperando,
para salir al encuentro de Jesús, que ya viene.
Estamos a oscuras. Estamos medio dormidos.
Pero en estas semanas de Adviento
queremos despertar y estar atentos
para abrirte las puertas, Jesús, cuando vengas cada día
y nos preguntes si queremos acogerte.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
4.- Peticiones de perdón
• Señor: te queremos pedir perdón porque no nos apoyamos suficientemente en Ti. Señor, ten piedad.
• Señor: te pedimos perdón porque a veces nos olvidamos de Ti. Cristo, ten piedad.
• Señor: te pedimos perdón porque a veces parece que no necesitamos que nazcas para salvarnos. Señor, ten piedad.
5.- Oración
Querido Dios, Tú eres nuestro Padre y quieres que Jesús pueda vivir entre nosotros. Ayúdanos, en este tiempo del Adviento, a preparar una ciudad donde Jesús pueda venir a vivir, contento de ser como somos.
6.- Liturgia de la Palabra
a) Monición de la 1ª lectura
La lectura que vamos a escuchar nos quiere transmitir la necesidad que tenemos en todo el mundo de un Dios que nos ayude, que nos libere, que nos eche una mano para superar tantos problemas que vivimos en el mundo. Él es el Padre que nos creó, y confiamos en su ayuda.
b) Lectura del Profeta Isaías (Versión acortada): Is 16. 17b. 19b; 64, 3-4 a. 5b -7.
Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre desde siempre es “nuestro Libertador”. Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses! Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por quien espera en él. Sales al encuentro de quien practica con alegría la justicia y, andando en tus caminos, se acuerda de ti. Todos nos marchitábamos como hojas, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo para adherirse a ti; Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano.
c) Monición del Evangelio
El Evangelio nos habla de una casa. Podemos imaginar nuestra casa común como esa “ciudad ideal” que es todo el mundo, la ciudad o el barrio, nuestra familia o nuestro corazón. Y nos invita a estar vigilantes para que no entre el mal. Algo parecido de lo que ocurre con el coronavirus, pero para toda clase de mal.
d) Evangelio: Mc 13, 33-37
e) Comentario
– ¿Habéis escuchado el Evangelio? Nos habla de una casa, que puede ser todo el mundo. ¿A qué nos invita Jesús?... (A estar vigilantes)
– ¿Qué es lo que tenemos que vigilar? (a ver cuándo viene Jesús para entrar en la casa)
– Pero hay gente que no quiere que Jesús entre en ella y hace lo que puede para que las puertas estén cerradas y no pueda entrar Jesús. Es como en la pandemia. Unos dejaban la puerta abierta al virus. Y otros, atentos y vigilantes, no. Unos preferían pasar de todo y vivir a su capricho, y otros en cambio ponían todo el cuidado.
Quitamos ahora la nube que pusimos al comienzo.
A continuación, sustituimos la nube por la primera columna tal como muestra el dibujo, inclinando sobre ella el dibujo de la ciudad.:
¿Qué cosas buenas hemos aprendido en estos meses que nos han ayudado a superar los contagios y nos han hecho mejores personas? (Vivir juntos, cuidarnos, mirar por los demás, luchar juntos...)
– ¿Quiénes nos han dado ejemplo? Ellos son las primeras piedras de la columna de hoy. A medida que los van diciendo, los escribimos cada una de las tres primeras piedras, de abajo arriba.
Todo eso tenemos que seguir haciéndolo, y no descuidarnos, para que siga siendo una ciudad en la que pueda estar Jesús sin miedo, porque las cosas malas, como el virus, se contagian... En cambio, haciendo las cosas bien es como dejarle abiertas las puertas a Jesús para que entre cuando quiera...Si lo hacemos así, estaremos poniendo la primera columna donde se asiente la “ciudad de Jesús” y pueda vivir en ella.
7.- Oración escenificada
• Opositor: (Dicen éstas o palabras semejantes, improvisadas...) ¡Qué os quieren ofrecer! ¿Una ciudad aburrida, sin diversión? ¡Yo os ofrezco una ciudad de esforzarnos por tener dinero para poder disfrutar! ¡Yo sé cómo lograrlo!
• Defensor: (Como el anterior) No os dejéis engañar! ¿No veis adónde nos conduce el egoísmo y el consumo? ¡Yo os invito a construir la ciudad del amor, juntos, buscando el bien de todos, la ciudad de Jesús!
(Los dos invitan a los niños y mayores a acercarse a ellos: “Quiénes estáis de acuerdo conmigo: venid y acercaos”. El sacerdote invita a que se acerquen a una de las partes)
• Sacerdote: ¿Estáis seguros de la elección?... Pues desde este primer domingo de Ad- viento, vamos a intentar prepararnos para construir la ciudad ideal que nos trae Jesús.
Tenemos que hacerle sitio. Tenemos que construir un lugar para que nazca en esa ciudad ideal. Así, al final del Adviento, podremos acercarnos al Portal para felicitar a Jesús el día de su cumpleaños.
Ha llegado el momento de poner la última piedra de la primera columna, para que se sostenga la ciudad, es decir, nuestra casa, que es todo el mundo. La base de la primera columna será lo que nos pide Jesús en la primera lectura.
– ¿Cómo llamaremos a esta columna?: VIGILANCIA
(Se escribe esta palabra en el mural, bajo la primera columna)
8.- Peticiones
MAYORES:
1.- Para que suenen en nuestros oídos el lamento de los hombres y mujeres de nuestro tiempo y nos sintamos urgidos a la llegada de una humanidad reconciliada.
2.- Para que, en este tiempo de Adviento, que es tiempo de cambio, nos atrevamos a realizar en nuestra vida los cambios necesarios para un mayor cuidado de la Tierra y sus habitantes.
3.- Para que despertemos de nuestros letargos y nos movilicemos en favor de la solidaridad y el bien común, teñido de evangelio.
NIÑOS:
4.- Para que, entre tantas cosas que nos ofrecen, sepamos elegir siempre lo bueno.
5.- Para que sepamos estar atentos a las cosas buenas que vemos, que nos ayudan a hacer la vida mejor para todos.
6.- Para que sepamos reconocer a Jesús en las personas buenas que conocemos o se nos acercan.
9.- Ofertorio: la columna de la 1ª semana
Te ofrecemos, Padre nuestro, esta primera columna de la “ciudad de Jesús” porque queremos estar atentos y reconocer que está presente en muchas cosas buenas que vemos.
10.- Acción de gracias
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