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1ª Lectura: Isaías 25, 6-10a El profeta Isaías, ocho siglos antes de Cristo, proclama su visión de futuro; así, habla de que Dios preparará un banquete mesiánico, con manjares enjundiosos y vinos generosos.
El apóstol Pablo, que se encuentra en la cárcel, recibe un regalo de sus preferidos, los Filipenses. Al final de su carta, Pablo agradece a la comunidad la ayuda material que le han enviado. Pero él declara que “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”, y es que él se siente sostenido por el Señor y por su fuerza. Según este testigo cualificado, el camino sólo se puede andar si uno o una está anclado o anclada en el Señor. Cristo es el centro de su vida. Acogemos su testimonio.
En el relato evangélico que vamos a escuchar, Jesús critica con fuerza la actitud de autoengaño de quienes se cierran en su propio mundo y se van haciendo cada vez más sordos o sordas a cualquier llamada que les pida un verdadero cambio de conducta. La parábola del banquete nupcial nos habla de la invitación que Dios nos hace constantemente, pero que -a veces- nosotros y nosotras rechazamos por estar ocupados en otras cosas. Escuchamos con atención. | ||||||
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Oremos, hermanos y hermanas, con confianza a Dios, nuestro Padre, que nos invita a compartir el banquete de la fiesta de su Hijo. | ||||||
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NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana. (Con música de fondo, dos de las mujeres de la comunidad visten y adornan la mesa del altar. Hoy no debe faltar un bonito centro de flores. Sin embargo, se debe evitar todo barroquismo y profusión de cosas sobre el altar. Terminada la labor, una de las mujeres dice:)
(Este signo supone que se va a realizar una pequeña fiesta de la comunidad después de la Eucaristía, como inicio del Curso Pastoral, o... Concretamente, podrían ser una bolsa de patatas fritas y un refresco, aunque esto sólo sea una sugerencia, que puede ser sustituido por cualquier otra cosa. La ofrenda la han de hacer dos personas, y una de ellas dice:)
(Conviene presentarlo el domingo anterior, como forma de sensibilización de la Comunidad. Puede hacer la ofrenda uno-una de los-las jóvenes de la comunidad. Lo debe situar en un lugar bien visible)
(Hace la ofrenda una persona adulta de la comunidad)
(Bien pudiera haber una representación numerosa de los distintos grupos de Catecumenado que hubiere en la Comunidad-Parroquia. También sería bueno preparar un HOJA IMPRESA con el proyecto que trabajan para poderlo ofrecer a todos y todas los y las participantes en la celebración. En nombre de todos y de todas, una de las personas dice:) | ||||||
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(Puestos de pie, se disponen a participar en la oración de Acción de Gracias, que pronuncia el Presidente, diciendo: «GRACIAS, SEÑOR, PORQUE NOS INVITAS AL BANQUETE DE TU REINO»). | ||||||
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Hermanos y hermanas: sabemos dar consejos, impartir doctrina, explicar las Escrituras, instruir en la oración, hablar de Dios. Leemos, estudiamos, amasamos y horneamos el pan sabroso de la Buena Noticia. Sabemos enseñar, pero… ¿practicamos lo que enseñamos? Sabemos indicar claramente el camino, pero… ¿lo recorremos nosotros y nosotras? Hablamos de fe y servicio y oración y sacramentos, pero… ¿son en nuestra vida lo que son en nuestras palabras? Hablamos y anunciamos alegría, paz, plenitud, pero… ¿hemos probado algo de ello? | ||||||
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“El Padre de nuestro Señor Jesucristo Continuando la línea iniciada en los últimos domingos, el MENSAJE de este domingo sigue iluminándonos y llenándonos de gozo, si es que nos dejamos invadir por él. Intentamos que nos empape este mensaje. |
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