Inicial.
El Señor nos reúne de nuevo en el domingo, y se hace presente en medio de nosotros, porque como luego dirá en el Evangelio, “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.
Además, cuando nos reunimos como ahora, para celebrar la Eucaristía, se hace presente con más fuerza en la Palabra que escucharemos y bajo el pan y el vino que comulgaremos. También nos hace el encargo de preocuparnos de nuestros hermanos que no actúan como deben o se alejan de la fe, pero no de juzgarlos.
Disponemos nuestro corazón para este encuentro con el Señor.
Primera Lectura.
Las palabras del profeta tenían más fuerza en las pequeñas comunidades donde todos se conocían, pero hoy las dirige a nosotros, aquí y ahora, para que seamos llamada con nuestra vida para otros hermanos alejados.
Segunda Lectura.
San Pablo nos dirá que el amor al prójimo abarca el cumplimiento de todos los mandamientos, y sin este amor, su cumplimiento estará vacío.
Evangelio.
Jesús en el Evangelio nos marca unos valores y un proceso para regir la comunidad: diálogo con la persona, consejo de expertos y tratamiento del problema en el seno de la comunidad. Él está presente.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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