30 agosto 2023

Para fijarnos en el evangelio – Domingo XXII de Tiempo Ordinario

 Blog F. Martínez Fresneda: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se  niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga»

 • Durante el itinerario hacia Jerusalén, Jesús irá instruyendo a los discípulos en otras ocasiones, después de ésta (21), sobre su muerte-resurrección: Mt 17,22-23; 20,18-19. El paso por la Cruz y la Resurrección será verificador y purificador de la fe de los discípulos, ya confesada (Mt 16,16), y dará capacidad para entender a Jesús y seguirlo para siempre (Mt 28,17.20).

• Los tres grupos que harán sufrir a Jesús (21) son los que formaban el Sanedrín, máximo órgano de gobierno del pueblo de Israel en tiempos de Jesús: los “notables” eran los representantes de las clases altas; los “grandes sacerdotes” eran miembros de las familias sacerdotales que controlaban el templo de Jerusalén, y “los maestros de la Ley” eran los responsables de la interpretación de la Ley.

• La reacción de Pedro (22) refleja la mentalidad de los discípulos, que toda- vía ven a Jesús como al Mesías poderoso y triunfador que tenía que ser reconocido por todo el mundo, especialmente por las autoridades. Los discípulos se niegan a aceptar que el Mesías pueda ser menospreciado y rechazado. Según ellos existe una gran contradicción entre lo que dice Jesús y la solemne profesión de fe que han hecho antes. Siguen pensando que la religión siempre está con el poder. O que religión y poder son una misma cosa.

• La respuesta de Jesús: “¡Quítate de mi vista, Satanás!” (23) normalmente la encontramos traducida como si se tratara de una expulsión: “¡Vete de aquí, Satanás!”. Pero lo que en el texto original encontramos es que Jesús dice a Pedro que se ponga en el lugar que le corresponde como discípulo: “detrás”, siguiendo al Maestro (“¡Ponte detrás de mí, Satanás!”). Con su actitud, Pedro se ha comportado como el diablo, el tentador, que se pone por delante con el fin de hacer desviar a Jesús de su camino de obediencia al Padre. Por eso Jesús le llama “Satanás”.

• Jesús responde muy enérgicamente. Y apunta cuál es el camino para cambiar de actitud: mirar la vida y a las personas como las mira Dios (23). Siguiéndolo a Él, los discípulos podrán aprender este camino. Si recordamos la respuesta de Jesús a la profesión de fe que acaba de hacer Pedro (Mt 16, 17), podremos darnos cuenta de que Jesús insiste en la misma cuestión: en el primer caso, Jesús señala que Pedro ha respondido según el Padre que está en el cielo; ahora, cuando Pedro quiere disuadirle de su camino, Jesús pone de manifiesto, en esta ocasión, que no se ha dejado llevar por el pensamiento de Dios (23).

• El seguimiento que Jesús propone a los discípulos (24-25) pasa por “cargar con su cruz” (24). Una cruz que, cuando es consecuencia de haber salido de uno mismo -negarse a sí mismo (24)-para avanzar hacia los pobres (Mt 15, 29- 31), para convertirse en servidor (Mt 20, 26; Jn 13, 1ss), para estar entre los “últimos” (Mt 18,10-14), es “vida” (26) que vence a la muerte.

• La venida del “Hijo del hombre” (27) y su juicio, será descrita por el evangelista en el capítulo 25 (Mt 25,31-46): los que habrán “cargado con su cruz” para estar con los últimos y servirles, tendrán vida.

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