¡Qué fácil vemos lo negativo
de los demás!
Esta es la fragilidad del ser humano.
Así nos creaste, Señor,
con maravillas y deficiencias,
con generosidades y roñoserías,
con excesos y con defectos,
con luces y sombras.
Tú nos has entretejido
en las entrañas maternas,
Tú tienes cada uno de nuestros cabellos contados,
Tú nos envuelves con tu abrazo,
Tú sabes más de nosotros
que nosotros mismos…
Ayúdanos, Padre, a aceptarnos del todo,
a reconocer nuestras deficiencias,
a alegrarnos de nuestras cualidades
personales y únicas,
a desarrollar contigo
todo el potencial inmenso
que has puesto en cada uno.
a animar a que otros también
desarrollen el suyo.
Enséñanos, Padre,
a perdonarnos los errores,
a convivir con nuestras incoherencias,
a ser misericordiosos
con nuestra naturaleza humana
para así serlo aún más
con los otros hermanos,
que también llevan el peso
de su propia fragilidad y maravilla.
Gracias por crearnos así,
con trigo y con cizaña, Padre.
Mari Patxi Ayerra
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