25 julio 2023

Moniciones y Lecturas 30 de julio de 2023 – XVII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A

 

Monición de entrada

Buenos días (tardes, noches). Les damos una cordial bienvenida, queridos hermanos, a la celebración de esta Santa Misa correspondiente al XVII domingo del Tiempo Ordinario, en el que las lecturas nos hablan de la sabiduría divina, necesaria para conducirnos bien por este mundo y saber elegir con buen discernimiento entre el bien y el mal, entre lo que nos conviene y lo que debemos desechar.

Nuestra reunión, en verdad, no tendrá sentido, si no hemos optado sabiamente por Cristo, si no estamos dispuestos a optar por él, nuestro único absoluto, nuestro único Señor.

Optemos por lo más valioso, Cristo Jesús, y comencemos esta santa misa con el canto de entrada.

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas

El hilo conductor del pensamiento en las lecturas bíblicas es la oposición entre lo
transitorio y lo eterno. El libro de los Reyes nos presenta el inicio del reinado de Salomón, el rey sabio por antonomasia que, antes que bienes y gloria, pide a Dios sabiduría para gobernar con justicia. Ésta es la misma experiencia que refleja el salmista al decir que ama los mandatos del Señor porque le ayudan a vivir más que cualquier otro bien. El sueño de
Salomón en Gabaón ilustra las parábolas del tesoro y de la perla que leemos en el
evangelio: Jesús nos dice que la verdadera sabiduría es la del que sabe despojarse para
adquirir el nuevo modo de ver la realidad que trae el Reino por él inaugurado. Ese tesoro
del Reino está dentro de nosotros mismos, pues llevamos marcada la impronta de Dios y
estamos destinados, como dice Pablo, a reproducir la imagen de su Hijo, despojándonos
del hombre viejo. Escuchemos atentos.

Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (1 Reyes 3, 5. 7-12)

El joven rey Salomón pasó a la historia por ser uno de los reyes más poderosos y sabios de su tiempo. Su gran fama y forma de gobernar a su pueblo le fue otorgada por Dios por la petición que Salomón le hizo en el inicio de su reinado. De ello nos habla hoy el libro de los Reyes. Escuchemos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de los Reyes 3, 5. 7-12

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:

—«Pídeme lo que quieras».

Respondió Salomón:

—«Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?».

Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:

—«Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti».

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 118)

Como el rey Salomón de la lectura, como el joven escriba, autor del salmo 118, hagamos de la ley y de la voluntad de Dios nuestra delicia. Manifestémoslo con el salmista diciendo todos:

Salmo responsorial: Salmo 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130

R. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor;
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R.

Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos
y detesto el camino de la mentira. R.

Tus preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.

Monición a la segunda lectura (Romanos 8, 28-30)

De la carta a los romanos, leemos hoy un texto en el que, en breves palabras,
elabora Pablo un tratado sobre la predestinación describiendo la actividad del Espíritu
Santo en los corazones. Escuchemos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30

Hermanos:

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.

A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.

A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Mateo 13, 44-52)

Seguimos y concluimos hoy el capítulo que Mateo dedica a las parábolas de Jesús, con las que nos transmite un mensaje religioso, los rasgos del Reino que él quiere establecer en este mundo. Las parábolas de hoy nos hablan de la sabiduría de quienes eligen el tesoro y la perla. Para entender estas parábolas, hay que estar atentos. Nos preparamos cantando el aleluya.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

—«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido.

Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?».

Ellos le contestaron:

—«Sí».

Él les dijo:

—«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Presidente: Llenos de confianza filial, dirijamos nuestra mirada a Dios Padre misericordioso y presentémosle nuestras súplicas diciendo todos:

Padre, escúchanos. 

  1. Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y por los que han recibido la misión de anunciar el Evangelio del reino de Dios y de educar en la fe a los creyentes, para que lo hagan con la sabiduría que viene de Dios, y no con la de los hombres. Oremos.
  2. Para que los gobiernos del mundo, iluminados por el Espíritu Santo, gobiernen con justicia y sean asistidos por la sabiduría de Dios en la toma de las decisiones más cruciales para la sociedad. Oremos.
  3. Para que los que sufren encuentren consuelo y nuestro auxilio en sus necesidades. Oremos.
  4. Por todos nosotros, llamados a descubrir el tesoro escondido, la perla de gran valor, y preferir sobre todo el reino de Dios, para que optemos por lo que realmente importa y no fijemos nuestra mirada en lo caduco y perecedero. Oremos.

Presidente: Que te agraden, Señor, nuestras súplicas, como te agradó la plegaria del
rey Salomón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Presentación de las ofrendas

Hermanos, es el momento de llevar al altar nuestras ofrendas de pan y vino. Con ellas también ofrezcamos a Dios nuestro corazón.

Comunión

Vayamos ahora a la Mesa del Reino, en la que compartimos el Cuerpo del Señor Jesús, que se entregó por nosotros.

Final

Fortalecidos por el Señor en esta Santa Misa que ya finaliza, vayamos a nuestros hogares, motivados e invitados para seguir reuniéndonos domingo a domingo en esta gran celebración de la Iglesia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario