MONICIÓN DE ENTRADA Os deseamos la más cordial bienvenida a la asamblea de hermanos que se aman que es la Eucaristía. Y aunque algunos de los presentes no nos conozcamos, el amor de Jesús, que rebosa en esta celebración, nos hace amarnos, aun sin conocernos. A este domingo quinto del Tiempo Pascual se la ha llamado el de los ministerios, porque se nos narra como la Iglesia comienza a crecer y necesita más servidores, más hermanos dedicados especialmente al servicio de los más débiles. Y, en fin, como ya os decíamos el domingo pasado seguimos avanzando hacia las grandes conmemoraciones de la Ascensión y de Pentecostés. Iniciemos, pues, nuestra Eucaristía con alegría y entusiasmo. |
Lectura de Postcomunión MONICIÓN Este precioso poema, auténtica plegaria que narra el amor que el Señor Jesús nos tiene, la compuso el genio de la literatura española del Siglo de Oro, Lope de Vega. Nos ha parecido muy indicada para estos momentos de paz y de quietud. ¿QUÉ TENGO YO, QUE MI AMISTAD PROCURAS? ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío, si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía: «Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana, «Mañana le abriremos», respondía, para lo mismo responder mañana! Exhortación de Despedida. Jesús nos ha mostrado hoy que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Es una enseñanza importante, que da profundidad a nuestra existencia. Salgamos alegres del Templo porque sabemos que Jesús nos acompaña en nuestro camino, sea fácil o difícil. |
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