Inicial.
En este VI domingo de Pascua la Iglesia española nos invita a celebrar la Pascua del Enfermo. Una celebración que pone fin a la Campaña del enfermo, iniciada el 11 de febrero con la Jornada Mundial. Este año la Campaña tiene como tema: “No me rechaces ahora en la vejez, no me abandones” (Sal 71,9) Déjate cautivar por su rostro desgastado.
Hay muchos hermanos nuestros que experimentan el cansancio y la soledad ante la enfermedad. Pongamos especialmente hoy en nuestra oración a los mayores, particularmente a quienes se sienten solos.
Con alegría y gozo, iniciamos esta celebración, en la que la Palabra resuena con la misma frescura que en la primitiva Iglesia y el Espíritu sigue moviendo corazones para que vivamos en el amor y la verdad. (y lo hacemos con la aspersión del agua sobre nuestras cabezas, recordando nuestro bautismo)
Primera Lectura.
La actividad de los primeros cristianos era causa de alegría allí por donde pasaban, porque movidos por el Espíritu Santo, mantenían vivo el Evangelio de Jesús.
Segunda Lectura.
La carta de San Pedro nos hace una invitación a mantenernos fieles a pesar de las dificultades y a dar nuestro testimonio de esperanza basada en Cristo.
Evangelio.
El amor ha de ser el distintivo de la relación del hombre con Dios. Y el Espíritu, que Jesús nos envía desde el Padre, nuestra defensa. Además, tenemos su promesa de no dejarnos solos. Puestos de pie cantamos aleluya.
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