Liturgia Domingo 7 de mayo 2023 / 5º Domingo de Pascua. - Ciclo A

 —BIENVENIDA: 

En este quinto domingo de Pascua nos reunimos nuevamente para celebrar nuestra fe: el Señor, vive ahora por siempre y vive en nosotros. Su Espíritu, la fuerza de su amor, nos mueve también a nosotros y nos conduce por el camino de su fidelidad. Por esto, celebrar la resurrección de Jesucristo es celebrar esta vida nueva.

El Señor hoy nos muestra, en esa primera comunidad cristiana, la verdadera comunión que debe existir entre los bautizados, y que es obra de su mismo Espíritu, que es quien verdaderamente crea la unidad respetando la diversidad. Todos los que formamos este único Cuerpo, con nuestra diversidad construimos realmente la comunidad.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Hch 6, 1-7) 

En este relato de la vida de la primera comunidad cristiana, vemos claramente cómo es el Espíritu de Jesús quien verdaderamente obra en ella, tal como acontece hoy.

SALMO RESP.:    (32, 1-2. 4-5. 18-19)      

R. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.

2ª. LECTURA:     (1 Pe 2, 4-10)   

El Apóstol elegido por Cristo como Jefe de su Iglesia, nos dice claramente que nuestra misión es anunciar el mensaje de salvación a todos los hombres.

EVANGELIO:   (Jn 14, 1-12)

En el santo Evangelio, Jesús se nos presenta como el verdadero camino para llegar al Padre.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Unidos a Jesucristo, hagamos ahora esta plegaria confiada, recordando lo que antes nos ha dicho: "Nadie va al Padre, sino por mí"

GUÍA:  A cada una de las intenciones responderemos orando:

"PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"

—Dios y Señor nuestro, te pedimos por la Iglesia y por el Papa Francisco, para que todos los hombres escuchemos en su voz, la de tu Hijo que nos muestra el camino hacia ti, oremos...

—Padre de nuestro Señor Jesucristo, te pedimos que protejas y guíes a nuestro Obispo y a nuestros sacerdotes, para que en su seguimiento podamos vivir nuestra fe dentro de una comunidad cristiana, de una Iglesia diocesana, gobernada y dirigida por el Espíritu de Cristo, oremos...

—Señor dador de vida, te pedimos por nuestra patria, para que todos los que la habitamos seamos verdaderos artífices y constructores de una nación que viva en paz y armonía entre todos y con todos los pueblos del mundo, oremos...

—Padre misericordioso, te pedimos por todos los enfermos, que tu amor y cercanía pueda aliviarlos y consolarlos, también conforta sus familias. Oremos...

—Dios de todo consuelo, te pedimos por todos los católicos, para que estando íntimamente unidos a tu Hijo, Camino, Verdad y Vida, en nuestro caminar de cada día procuremos imitarlo, fieles a su doctrina de paz y de gozo, de esfuerzo y de lucha, único camino para llegar al Reino de los Cielos, oremos…

 

CELEBRANTE:

Padre bueno, te rogamos atiendas estas peticiones que te hemos presentado y nos concedas el permanecer íntimamente unidos a tu Hijo y llevar su mensaje de Vida a todos los hombres. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

La ofrenda que ahora el Señor espera de cada uno de nosotros, es nuestra disposición a ser las piedras vivas para la construcción de su Iglesia.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Convencidos de que Jesucristo está realmente presente entre nosotros, su pueblo adquirido, realicemos todos juntos la acción de gracias por su amor renovador.

—COMUNIÓN:

En su palabra Jesús nos ha asegurado: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí". Por eso, ahora se nos ofrece totalmente, con su Cuerpo y su Sangre, para fortalecer nuestro camino de peregrinos hacia la Casa del Padre.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Que nuestro propósito para esta semana que hoy comenzamos, sea el meditar constantemente el mensaje que nos ha dado el Señor, que es un mensaje lleno de optimismo.

 

Nos despedimos cantando...