20 abril 2023

Domingo 23 de abril 2023 / 3º Domingo de Pascua. - Ciclo A

 —BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el tercer domingo de Pascua, y lo hacemos con inmensa alegría, porque el Señor vive entre nosotros, y porque su vida es también nuestra vida. Que la Palabra que vamos a escuchar y la Eucaristía que vamos a comer, nos mantengan en la esperanza de su retorno. Entonces Él vencerá definitivamente todo el mal que hay en el mundo y en nosotros; aquel que ya desde ahora debemos vencer nosotros cada día.

El Señor resucitado se nos manifiesta hoy a nosotros, tal como a los discípulos de Emáus, para acompañar nuestro camino; y su presencia en medio de la Iglesia se patentiza en su Palabra, en la Eucaristía, en la Jerarquía y su Magisterio; pero también su presencia está en nuestro prójimo, y hoy nos pide que en nuestro anuncio hagamos patente su presencia.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Hch 2, 14. 22-33) 

En este hermoso relato escuchamos, por boca de san Lucas, el comienzo de la predicación de la primitiva Iglesia.

SALMO RESP.:    (15, 1-2a. 5. 7-11)      

R. Señor, me harás conocer el camino de la vida.

2ª. LECTURA:     (1 Pe 1, 17-21)   

El primero de los Apóstoles nos exhorta a conformar realmente nuestras vidas con la nueva, recibida por la gracia de la Sangre de Cristo.

EVANGELIO:   (Lc 24, 13-35)

Escuchemos a Jesús, que hoy, en el Evangelio, como a los discípulos de Emaús, nos habla a cada uno de nosotros.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora hermanos, oremos con fe al Padre que nos ama. Él, que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos, también nos llenará de su vida.

GUÍA:  A cada una de las intenciones responderemos orando:

"SEÑOR, QUE POR TU PALABRA ARDA NUESTRO CORAZÓN"

—Padre, para que en tu Santa Iglesia y el Vicario de tu Hijo, hoy Francisco, se nos haga siempre presente Jesús resucitado, te pedimos...

—Padre, para que guiados por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes encontremos más y más a tu Hijo presente en nuestro camino, te pedimos...

—Padre, para que todos los que habitamos esta nación, hagamos realidad en nuestras vidas el mensaje del Evangelio, te pedimos...

—Padre misericordioso, te pedimos por todos los enfermos y por todos aquellos que tienen seres queridos enfermos, para que la gracia de Dios tenga fuerte presencia en sus vidas, dando consuelo, alivio y mucha esperanza, oremos...

—Padre, para que todos los que sufren pongan su esperanza sólo en tu Hijo y encuentren en nosotros al hermano que necesitan para que los ayude y acompañe en su camino, te pedimos…

—Padre, para que todos los miembros de nuestra comunidad sepamos descubrir la presencia de Jesús resucitado en todas sus manifestaciones, y también en cada uno de nuestros hermanos, te pedimos...

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, Tú que has llenado el mundo de alegría con la resurrección de tu Hijo, concédenos vivir unidos a su amor para alcanzar con Él la gloria. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Ofrezcamos al Padre eterno, nuestro sincero deseo de descubrir la presencia de Jesús en todas sus manifestaciones, haciendo de nuestras vidas, una ofrenda agradable a Él.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Jesús no sólo que nos redimió, sino que se quedó para siempre, para caminar junto a nosotros, por eso hoy, con alegría, demos gracias al Padre de los Cielos.

COMUNIÓN:

En el Evangelio hemos escuchado cómo los discípulos reconocieron a Jesús al partir el pan y al recibirlo de sus manos; ahora, nuevamente ha realizado ese gesto y se nos da a nosotros como alimento; que nuestro vibrante Amén, al recibirlo, manifieste también nuestro reconocimiento.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al terminar nuestra celebración, comprometámonos a ser para nuestros hermanos, otros Jesús, que al acompañarlos en su camino, les manifestemos la Buena Noticia de la salvación.

 

Nos despedimos cantando...

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