18 febrero 2023

Moniciones y Evangelio del Miércoles de Ceniza 22 de Febrero de 2023

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y amigos. Que el Señor nos dé su salvación y mantenga en cada uno de nosotros un alma generosa.  

Hoy, Miércoles de Ceniza, empezamos en la Iglesia el Tiempo de Cuaresma, tiempo de gracia y oferta de conversión. Se nos exhorta a una profunda reconciliación con Dios y con los hermanos, a ponernos todos en marcha con Jesús en su “camino de cruz y de luz” hasta la Pascua. Hoy se inicia también  la Campaña Compartir, que nos invita a ser compasivos y misericordiosos para con el indigente y el necesitado. Oración, ayuno y limosna son nuestra sagrada tarea en este tiempo cuaresmal.  

Seguros de la Presencia del Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros, pongámonos de pie y celebremos con gozo esta Eucaristía.

MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Joel 2,12-18)

El Profeta Joel invita a la reconciliación con Dios, a congregar al pueblo y volverse al Señor arrepentidos.  Escuchemos.

Miércoles de Ceniza

Ciclos A, B y C


PRIMERA LECTURA DE HOY

Rasgad los corazones y no las vestiduras

Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18

«Ahora —oráculo del Señor—
convertíos a mí de todo corazón
con ayuno, con llanto, con luto.

Rasgad los corazones y no las vestiduras;
convertíos al Señor, Dios vuestro,

porque es compasivo y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad;
y se arrepiente de las amenazas».

Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda,
la libación para el Señor, vuestro Dios.

Tocad la trompeta en Sión,
proclamad el ayuno, convocad la reunión.
Congregad al pueblo, santificad la asamblea,
reunid a los ancianos.
Congregad a muchachos y niños de pecho.

Salga el esposo de la alcoba,
la esposa del tálamo.

Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes,
ministros del Señor, y digan:

«Perdona, Señor, a tu pueblo;
no entregues tu heredad al oprobio,
no la dominen los gentiles;
no se diga entre las naciones:
¿Dónde está su Dios?

El Señor tenga celos por su tierra,
y perdone a su pueblo».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R.: cf. 3a)

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (2 Corintios 5,20-6,2)

Hoy Pablo nos exhorta: “en nombre de Cristo, reconcíliense con Dios”. Y acrecienta: “ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación”. Escuchemos con atención.

SEGUNDA LECTURA DE HOY

Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20—6, 2

Hermanos:

Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice:

«En tiempo favorable te escuché,
en día de salvación vine en tu ayuda»;

pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios.

Aleluya Sal 94, 8ab

No endurezcáis hoy vuestro corazón;
escuchad la voz del Señor.

MONICIÓN EVANGELIO (Mateo 6,1-6.16-18)

Hoy Jesús nos invita a una profunda reconciliación e intimidad con el Padre: que nuestra limosna, oración y ayuno sean practicados en lo secreto, ante el Padre. Y que sólo del Padre esperemos toda recompensa.  Abramos el oído, la mente y el corazón y pongámonos de pie para escuchar su Palabra.

EVANGELIO DE HOY

Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

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