Entrada: En la escuela de Jesús, que vamos siguiendo domingo tras domingo, aprendemos cuál es la mentalidad del Maestro que nos ha enviado Dios, comparada con la del Antiguo Testamento y los maestros del tiempo de Jesús. Siguiendo el «sermón de la montaña», descubrimos cómo Jesús supera la Ley antigua, en una línea de mayor profundización y autenticidad. Vivamos este encuentro con Cristo, en la Eucaristía, abiertos a la novedad que hoy nos traer la presencia del Espíritu Santo.
Lecturas: Las lecturas de hoy nos manifiestan la grandeza de la sabiduría de Dios que respeta la libertad del hombre respecto a cumplir o no cumplir sus mandatos. El que sigue la ley del Señor es dichoso, y Jesús se encarga de llevar a su plenitud la ley y los profetas. Con mucha atención, escuchemos la Palabra que va a ser proclamada.
Ofrendas: Con el pan y el vino presentemos al Señor nuestro arrepentimiento y deseo de pedir perdón a quienes hemos ofendido.
Comunión: «Dichoso el que camina en la voluntad del Señor», hemos dicho con el salmo de hoy. Caminemos ahora a recibir al Señor en su cuerpo y su sangre, dispuestos a hacer su voluntad.
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