Liturgia de las Horas – Primera Semana del Salterio - Cuaresma
R I T O S I N I C I A L E S
CANTO DE ENTRADA.
Tengo los ojos puestos en el Señor porque Él saca mis pies de la red. Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido. Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido.
Me invocará y lo escucharé, lo defenderé, lo glorificaré lo saciaré de largos días.
SALUDO Y MONICIÓN.
ACTO PENITENCIAL.
ORACIÓN COLECTA.
PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro del Génesis 2,7-9; 3, 1-7.
El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis"».
La serpiente replicó a la mujer: «No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
PALABRA DE DIOS
SALMO RESPONSORIAL. Salmo 50.
Antífona: Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad en tu presencia.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
SEGUNDA LECTURA. (Breve)
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12. 17-19.
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.
PALABRA DE DIOS
ANTES DEL EVANGELIO.
Canto: Convertíos y creed en el Evangelio.
Antífona: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 4, 1-11.
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó: «Está escrito: "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras"».
Jesús le dijo: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto"».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
PALABRA DEL SEÑOR
HOMILÍA.
CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
LITURGIA EUCARÍSTICA
OFERTORIO.
Canto:
Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.
Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo soy.
Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ.
CORDERO DE DIOS.
COMUNIÓN.
Canto:
Nos has llamado al desierto, Señor de la libertad, y está el corazón abierto a la luz de tu verdad. Subimos con esperanza la escalada cuaresmal, el pueblo de Dios avanza hasta la cumbre pascual.
Tu pueblo, Señor, camina desde la aurora al ocaso: a tu Pascua se encamina y te sigue paso a paso.
Señor, te reconocemos y tu Palabra escuchamos, tus caminos seguiremos y tu ley de amor cantamos.
Se acerca, Señor, tu día, en el que todo florece: con su luz y su alegría ya el camino resplandece.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Señor Jesús: me pongo en camino. Quiero buscarte. Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros, unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a ti.
Oriéntame cuando me pierda, acógeme cuando me canse, llévame con los otros cuando me sienta solo. Dame valentía, fortaleza y audacia para no decaer en mi búsqueda, para permanecer siempre firme.
Haz que mis pies pisen la tierra pobre que pisaron los tuyos, que mis hombros sólo carguen la libertad y el desprendimiento que llevaron los tuyos, que mis entrañas anhelen sólo tu palabra.
Y cuando al fin pueda encontrarme contigo cara a cara, Cristo luminoso, Eterna Pascua, concédeme descansar mi cabeza sobre tu hombro y pronunciar tu nombre, Señor, siempre hermano, hermano, siempre nuevo.
ORACIÓN.
RITO DE CONCLUSIÓN.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto:
Dios es fiel: guarda siempre su Alianza; libra al pueblo de toda esclavitud. Su Palabra resuena en los profetas, reclamando el bien y la virtud.
Pueblo en marcha por el desierto ardiente: horizontes de paz y libertad. Asamblea de Dios, eterna fiesta; tierra nueva perenne heredad.
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