03 enero 2023

Moniciones y lecturas Domingo del Bautismo del Señor – 08 de Enero de 2023

 

MONICIÓN ENTRADA

Bienvenidos, hermanos y amigos. Reciban todos ustedes gracia, paz y alegría de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy festejamos el Bautismo de Jesús. El Bautismo de Jesús no fue sólo de agua. Fue Bautismo de Espíritu… Fue algo serio y transformador: Jesús supo que era Hijo amado y entendió que ser Hijo lleva el compromiso de obrar el bien. Con deseos de cambiar radicalmente nuestra vida, dóciles a los impulsos del Espíritu Santo para vivir y actuar como Jesús, pongámonos de pie y celebremos con gozo el Bautismo del Señor.

MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Isaías 42, 1-4.6-7)

Isaías anuncia al Siervo consagrado por el Espíritu y lo describe como  presencia silenciosa, misericordiosa y salvadora de Dios entre los hombres. Escuchemos… 

PRIMERA LECTURA

Mirad a mi siervo, a quien prefiero

Lectura del libro de Isaías 42, 1-4. 6-7

Esto dice el Señor:

Mirad a mi siervo, a quien sostengo;
mi elegido, a quien prefiero.

Sobre él he puesto mi espíritu,
para que traiga el derecho a las naciones.

No gritará, no clamará,
no voceará por las calles.

La caña cascada no la quebrará,
el pábilo vacilante no lo apagará.

Promoverá fielmente el derecho,
no vacilará ni se quebrará

hasta implantar el derecho en la tierra
y sus leyes, que esperan las islas.

Yo, el Señor, te he llamado con justicia,
te he tomado de la mano,

te he formado y te he hecho
alianza de un pueblo, luz de las naciones.

Para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la prisión,

y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10 (R.: 11b)

R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!».
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R.

MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (Hechos 10,34-38)

Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu para que hiciera el Bien. El amor de Dios se realiza a través de obras concretas de amor al prójimo. Escuchemos con atención…

SEGUNDA LECTURA

Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34-38

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

—«Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.

Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».

Palabra de Dios.

Aleluya Mc 9, 7

Se abrió el cielo,
y se oyó la voz del Padre:
«Este es mi Hijo amado; escuchadlo».

MONICIÓN EVANGELIO (Mateo 2,1-12)

Jesús se acerca al Jordán mezclado con los pecadores… Allí el Espíritu lo consagra para la misión y la voz del Padre lo declara “Hijo amado”.   Termina la separación entre Dios y el hombre. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para la proclamación del Santo Evangelio.

En los lugares donde la solemnidad de la Epifanía se traslada al domingo, y este domingo cae en los días 7 u 8 de enero, y por consiguiente, la fiesta del Bautismo del Señor, se traslada al lunes inmediato, se lee una sola lectura antes del evangelio.

EVANGELIO

Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 13-17

En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.

Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:

—«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».

Jesús le contestó:

—«Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así lo que Dios quiere».

Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:

—«Este es mi hijo, el amado, mi predilecto».

Palabra del Señor.

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