MONICIONES (Domingo 5 Tiempo Ordinario - A)
Inicial.
El Señor nos reúne de nuevo para celebrar la Eucaristía en el domingo, el Día del Señor. El domingo pasado con las Bienaventuranzas, iniciamos la lectura en el Evangelio del Sermón de la Montaña, proclamación central del mensaje de Jesús, que seguiremos todos estos domingos hasta la Cuaresma.
Hoy, Jesús nos invita a ser sal que transforme esta tierra y luz que ilumine este mundo, porque el verdadero discípulo se deja ver por lo que hace; se deja sentir, aunque no se vea, por el sabor. Que esta celebración nos alimente y fortalezca para poder serlo de verdad en nuestra vida diaria.
Primera Lectura.
El profeta nos dice cual ha de ser nuestro obrar para ser sal y luz para el mundo. El que promueve y libera a la persona es luz de Dios en el mundo.
Segunda Lectura.
San Pablo nos dice que, evangelizar es anunciar la Buena Nueva de Jesucristo, dando testimonio de su vida entregada y resucitada. Para eso no hace falta sabiduría y poder humano, sino experiencia de Cristo en la vida.
Evangelio.
Nos disponemos a escuchar en el Evangelio un fragmento del Sermón de la Montaña, en él, Jesús nos recuerda que para ser sus discípulos, hemos de ser sal de la tierra y luz del mundo.
Puestos de pie cantamos aleluya.
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