Alentados por la Palabra del Señor, confiados en sus promesas, elevemos al Padre nuestra oración por las necesidades del mundo y de la Iglesia y, próximos ya a las estas de la Navidad, renovemos nuestra suplicas diciendo. Respondemos.
VEN SEÑOR, JESÚS
• La Iglesia es signo de vida y esperanza en el mundo. Para que la Iglesia, toda ella, sepa mostrar a los hombres y mujeres de hoy, con sus palabras y acciones, un destello de luz y esperanza, abandonando viejos estilos de oscuridad y secretismo y ponga esa luz en medio de la Historia para que alumbre caminos, muestre defectos y abrase en amor. Oremos.
• La luz vence a la oscuridad. Para que sepamos ver, apreciar y colaborar con todos aquellos que, creyentes o no, caminan a nuestro lado y trabajan por la Paz y la Justicia desde sus propias creencias. Oremos.
• El dolor y el sufrimiento nos zarandea el corazón. Para que quienes sufren las consecuencias de la crisis nanciera y económica, encuentren gestos, proyectos y realidades en los cristianos capaces de devolverles la esperanza perdida y la luz para seguir en el camino. Oremos.
• Trabajar sin cansancio por un mundo nuevo. Para que cada uno de nosotros sepamos “arrimar el hombro” y trabajar incansablemente para fortalecer nuestro interior y poder ser capaces de robustecer las rodillas vacilantes y que la paciencia sea el condimento de nuestros esfuerzos y trabajos. Oremos.
Danos, Padre, en este tiempo, una mirada clara y esperanzada para descubrir en todo tu presencia.
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