07 diciembre 2022

III Domingo de Adviento: Guión Litúrgico 1

 


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Liturgia de las Horas – Tercera Semana del Salterio-Adviento 

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Cielos destilad el rocío.  Nubes, derramad al justo.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.  Ábrase la tierra y brote al Salvador.

Estad siempre alegres en el Señor.  Os lo repito: “Estad alegres”.  El Señor está cerca. 

SALUDO, MONICIÓN, Y RITO DE LA CORONA DE ADVIENTO.

DESPUÉS DE ENCENDER LA VELA DE LA CORONA DE ADVIENTO.
Esperamos al Mesías con la lámpara de la fe y el amor.

Mantened la luz, alegraos, porque está cerca vuestra salvación.  

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10.

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá, germinará y florecerá como flor de narciso, festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. 
Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes; decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará».
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo. 
Retornan los rescatados del Señor. 
Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros. Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción. 
     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 145.
Antífona: Ven, Señor, ven a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos. El Señor guarda a los peregrinos.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. 

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10.

Hermanos, esperad con paciencia hasta la venida del Señor. 
Mirad: el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. 
Esperad con paciencia también vosotros, y fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca. 
Hermanos, no os quejéis los unos de los otros, para que no seáis condenados; mirad: el juez está ya a las puertas. 
Hermanos, tomad como modelo de resistencia y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado a evangelizar a los pobres.   

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 2-11

En aquél tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!». 
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito: "Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti".
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.   
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
En este mundo que Cristo que nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.

Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  (Bis)  

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Esperando, esperando. Esperando al Mesías que nos ha de salvar. Tierra y hombres que sueñan, porque Dios va a llegar. Esperando...  Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Buscamos la luz que nos guíe, y encendemos estrellas de papel.  ¿Hasta cuándo, Señor jugaremos como niños con la fe? Aunque vanos discursos gritemos, pregonando una falsa hermandad.  ¿Hasta cuándo, Señor, viviremos sin justicia y caridad? Esperando... Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Esperando, esperando. Esperamos a un Niño, que en Belén nacerá, como nace en mi alma, si hay en mí Navidad. Esperando... Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.

Villancicos alegres y humildes, nacimientos de barro y cartón, mas no habrá de verdad nacimiento, si a nosotros nos falta el amor. Si seguimos viviendo en pecado o hay un niño que llore sin pan, aunque suenen canciones y fiestas, no podremos tener Navidad. Esperando… Esperamos, Señor, tu venida, tu venida de verdad.  (Bis)

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Jesucristo, Palabra del Padre, 
luz eterna de todo creyente; 
ven y escucha la súplica ardiente, 
ven, Señor, porque ya se hace tarde.

Cuando el mundo dormía en tinieblas, 
en tu amor tú quisiste ayudarlo 
y trajiste, viniendo a la tierra, 
esa vida que puede salvarlo.

Ya madura la historia en promesas, 
sólo anhela tu pronto regreso; 
si el silencio madura la espera, 
el amor no soporta el silencio.

Con María, la Iglesia te aguarda 
con anhelos de esposa y de madre, 
y reúne a sus hijos en vela, 
para juntos poder esperarte.

Cuando vengas, Señor, en tu gloria, 
que podamos salir a tu encuentro 
y a tu lado vivamos por siempre, 
dando gracias al Padre en el reino.  Amén.

(Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento) 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA 

Canto:
Como una tarde tranquila, como un suave atardecer, era tu vida sencilla en el pobre Nazaret, y en medio de aquel silencio Dios te hablaba al corazón.

Virgen María, Madre del Señor, danos tu silencio y paz, para escuchar su voz.  Danos tu silencio y paz, para escuchar su voz.  

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