15 noviembre 2022

Moniciones y Lecturas 20 de noviembre de 2022 -Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo Ciclo C

 Moniciones y Lecturas 20 de noviembre de 2022

Monición de entrada

Queridos hermanos, tengan muy buenos días (tardes, noches). Sean bienvenidos a la celebración de esta Santa Misa, en la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, con la que finalizamos el año litúrgico.

Esta fiesta tan significativa con la que concluimos el Año, antes se celebraba el último domingo de octubre, desde el año 1925 en que la instituyó el papa Pío XI. Pero en la reforma de Pablo VI, el 1969, se trasladó, de muy buen acuerdo, al último domingo del año cristiano, el domingo 34 del Tiempo Ordinario.

Nuestra mirada a Jesús como Rey del Universo nos ayuda a ver nuestra historia como un proceso del Reino que todavía no se manifiesta, pero que se está gestando y madurando hasta el final de los tiempos.

Con esta perspectiva iniciamos nuestra celebración de Cristo Rey, gran festividad religiosa que cierra el año eclesiástico. De pie, cantemos todos.

Jesús, como Rey del Universo, nos ayuda a ver nuestra historia como un proceso del Reino que todavía no se manifiesta, pero que se está gestando y madurando hasta el final de los tiempos.

Para celebrar a nuestro Rey, juntos lo aclamamos gozosos con el canto de entrada...

Moniciones a las Lecturas

Opción 1: Monición para todas las lecturas

En consonancia con la fiesta que celebramos, las lecturas de este domingo giran en torno a la figura del rey. En el pasaje del libro de Samuel, David es ungido por los ancianos del pueblo. Los discípulos de Jesús supieron reconocerle como el Cristo (el ungido), como el sucesor esperado de aquel gran rey de Israel. Así lo presenta el evangelio de Lucas, pero su entronización no tendrá lugar en un palacio, sino en la cruz. El autor de la carta a los Colosenses, mediante un precioso himno, exalta a Cristo como rey de todo el universo según el designio amoroso de Dios. Escuchemos con mucha atención.

Opción 2: Monición para cada una de las lecturas

Monición a la primera Lectura (2 Samuel 5, 1-3)

David es una de las máximas figuras del Antiguo Testamento. Fue primero pastor, después valiente estratega y finalmente rey. Del segundo libro de Samuel, leemos hoy un texto claramente mesiánico. Pongamos mucha atención.

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-3

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron:

—«Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: «Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel»».

Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 121)

El Salmo 121 canta las alabanzas de Jerusalén. Unámonos nosotros a ese canto diciendo todos:

Salmo responsorial: Salmo 121, 1-2. 4-5

R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

Monición a la segunda Lectura (Colosenses 1, 12-20)

De la Carta a los Colosenses, escucharemos un conocido himno cristológico, que Pablo encontró hecho o compuso él mismo, y que describe una profunda profesión de fe y amor sobre el principio de que Cristo es el primogénito de toda la Creación, creador y redentor.

Escuchemos esta magnífica lista de títulos de Jesús, en quien reside toda la plenitud.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12-20

Hermanos:

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;

porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,

Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo:
de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Lucas 23, 35-43)

Jesús, el Rey del Universo, quien había asegurado que su reino no es de este mundo, ahora termina siendo objeto de burlas en la cruz, precisamente por ser Rey. Reconocerle como tal, nos lleva a la salvación. Cantemos todos el aleluya para luego escuchar este mensaje.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:

—«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:

—«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos».

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:

—«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Pero el otro lo increpaba:

—«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada».

Y decía:

—«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le respondió:

—«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Palabra del Señor.

Oración de los Fieles (opción 1)

Presidente: Cristo es el Rey del Universo y el Señor de la Iglesia. Dirijamos a Él nuestra oración confiada, que día a día presentamos con fe, diciendo todos: Rey del Universo, atiende nuestra oración.

  1. Para que la Santa Iglesia, unida en Cristo Rey de la paz, exprese a la luz del Evangelio la justicia nueva que Él ha promulgado desde la cruz. Roguemos al Señor.
  2. Para que los gobernantes de todas las naciones, especialmente los de nuestro país,  cumplan su gestión con espíritu de servicio y no caigan en la tentación de dominar o reprimir a sus pueblos, roguemos al Señor. Roguemos al Señor.
  3. Para que los marginados, los desterrados, los enfermos, los encarcelados, los que sufren hambre y sed, puedan comprender que Cristo se identifica con ellos y no desoye sus lamentos. Roguemos al Señor.
  4. Para que a todos nosotros, reunidos en torno al altar del Señor, la Eucaristía nos haga disponibles al perdón y a la reconciliación fraterna. Roguemos al Señor.

Presidente: Señor Jesús, que con el misterio de tu muerte y de tu resurrección has devenido Señor de la historia y del universo, haz que nuestra vida canta la fuerza de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de los Fieles (opción 2)

Presidente: Cristo Jesús, Rey del Universo, que prometes a los que en ti creen llevarlos al paraíso, atiende las oraciones de tus fieles que día a día te presentamos con fe; te lo pedimos diciendo todos:

Cristo, Rey del Universo, escúchanos.

  1. Para que Cristo, Rey del Universo que ha salvado al mundo con la cruz, haga de su Iglesia un signo de su salvación en medio de los hombres. Oremos.
  2. Para que el Hijo, cuyo Reino no es de este mundo, conceda a los que tienen el poder, ejercerlo en beneficio de todos y, sobre todo, de los más necesitados. Oremos
  3. Para que Cristo, Rey del Universo, que rechaza cualquier otro poder que no sea el del amor, manifieste a los pobres y sencillos que Él está siempre a su lado. Oremos.
  4. Para que el Espíritu que hace posible la presencia del Reino en todo tiempo, conceda a los que sufren por causa de la injusticia, la paz que nos da Jesús. Oremos.
  5. Para que, los que participamos del banquete eucarístico, lleguemos, por nuestra fe, como el «buen ladrón», a ocupar una de las mansiones del Reino celestial Oremos.

Presidente: Te pedimos, Señor, que podamos un día escuchar tu veredicto: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros.» A Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Ofrendas

Con las ofrendas del pan y el vino ofrezcamos la historia de nuestra vida, para que en ella cantemos la fuerza del amor de Dios.

Comunión

Este es el momento de recibir a Cristo en nuestros corazones, de recibir el alimento de la inmortalidad. Acerquémonos cantando a comulgar.

Final

Cristo es nuestro Rey y ese reinado debemos proclamarlo al mundo. Vayamos a vivir el reinado de Dios sobre nuestras familias y a hacer que Cristo realmente sea el rey de nuestra vida, el que manda y nosotros hacemos su voluntad, para que un día escuchar la sentencia de Cristo: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros.»

Les esperamos al próximo domingo, para dar inicio al Tiempo de Adviento.


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