II Domingo de Adviento: Algunos apuntes para el Evangelio
● Nos encontramos en Adviento, tiempo de espera, de preparación para celebrar la fiesta de Navidad.
● Ante este acontecimiento como preparación la Iglesia nos presenta a algunos personajes que pueden ayudarnos a disponernos a vivir la Navidad.
● Mateo nos presenta en este texto, que está en los comienzos de su Evangelio, a la persona de Juan Bautista y al mismo tiempo a su acción profética.
● Mateo nos ofrece el retrato de Juan Bautista. La descripción que nos ofrece Mateo de Juan es impresionante: Su vivienda es el desierto, deshabitado, con poquísima vegetación, zona inhóspita y dura para el ser humano. Su vestido: poca cosa, nada de lujos, viste de pieles. Su alimentación saltamontes y miel silvestre, una dieta ascética. Una vida de pobreza y muchísima austeridad. Con todo ello nos ofrece su estilo de vida, y además Juan invita a sus oyentes a un cambio de vida, a una conversión de vida.
● Juan de él mismo dirá que es “una voz que grita en el desierto”, y nada más. No adquiere un protagonismo especial, él se siente enviado por Dios.
● Sus palabras son una fuerte llamada al arrepentimiento, a un cambio radical de vida. En su predicación utiliza imágenes muy llamativas. Juan habla de preparar el camino al Señor, de allanarle las sendas.
● Sus palabras son una llamada a la esperanza en la venida del Salvador.
● Juan se fija sobre todo en los líderes políticos y religiosos del pueblo.
● Su mensaje denuncia lo que se puede llamar el conjunto del judaísmo oficial, que se opone al Proyecto salvador de Jesús.
● Entre sus oyentes, y a los que de una manera especial van dirigidas sus palabras, están los fariseos y los saduceos a los que Juan les dirige unas palabras muy fuertes, para suscitarles a la conversión, al cambio de vida.
● Uno de los peligros de entonces y de ahora es el ritualismo estéril o la seguridad de unas herencias, “pues Dios es capaz de sacar hijos de Abraham de estas piedras”.
● El criterio definitivo es la conversión y la adecuación de nuestras vidas al Proyecto de Dios.
● Para ello Juan pide el arrepentimiento y la conversión pública de los pecados.
● Juan pide y proclama la conversión, la opción por una vida nueva exigida por la lle- gada del Reino de Dios.
● Eso es lo que se nos está diciendo a nosotros también para poder celebrar convenientemente el gran acontecimiento de la Navidad: Convertíos.
● El mensaje de Juan es actual para todos. Todos ante la Navidad estamos llamados a disponernos, a convertirnos de algo o de mucho. En nuestras vidas también hay criterios, maneras de ser y de pensar que no encajan con la oferta de Jesús, tanto a nivel personal, como con el vecindario, con la familia, en el mundo del trabajo, etc que no cuadran con el estilo de vida de Jesús, con su proyecto del Reino, y con la ayuda de Dios estamos invitados a cambiar para adecuarnos a nuestro modelo que es Jesús.
● La llamada de Juan tiene eco en aquel momento “y la gente acudía a él”.
● También hoy hay personas sensibles al mensaje de Juan (posiblemente nosotros mismos) y están dispuestas a la conversión dando gestos en sus vidas de arrepentimiento.
● Juan es el precursor, el que anuncia la llegada de la gran novedad, y como señal de purificación el que administra el bautismo, en recuerdo del paso de los israelitas por el mar Rojo.
● Nosotros, tenemos algo de Juan, y estamos llamados, donde nos encontramos, a ser anunciadores con nuestros hechos y palabras de la llegada del Reino de la venida del Hijo de Dios.
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