17 noviembre 2022

 20 DE NOVIEMBRE DE 2022 

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO


Liturgia de las Horas: Segunda Semana del Salterio.


R I T O S    I N I C I A L E S


CANTO DE ENTRADA.

Tu reino es vida, tu reino es verdad; tu reino es justicia, tu reino es paz; tu reino es gracia, tu reino es amor: venga a nosotros tu reino, Señor; venga a nosotros tu reino, Señor.


Que su nombre sea eterno, que su fama dure como el sol; que sea bendición para los pueblos; que las naciones lo proclamen dichoso.  Bendito eternamente su nombre, que su gloria llene la tierra.


SALUDO Y MONICIÓN.


ACTO PENITENCIAL.


GLORIA.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.


ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA.

Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-3.

 

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron: «Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: "Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel"». 

Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

                                     PALABRA DE DIOS


SALMO RESPONSORIAL.  Salmo 121.   

Antífona: Vamos alegres a la casa del Señor.

   

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

 

Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor;  en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.


SEGUNDA LECTURA.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Colosenses 1, 12-20. 

 

Hermanos:

Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas:  celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

                        PALABRA DE DIOS


ALELUYA.

¡Aleluya, Aleluya,! el Señor es nuestro rey.  ¡Aleluya, Aleluya,! el Señor es nuestro rey.

Antífona: Bendito el que viene en nombre del Señor.  Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David. 


EVANGELIO.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 23, 35-43.

 

En aquél tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido». 

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». 

Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos». 

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». 

Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».

Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». 

Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso». 

PALABRA  DEL SEÑOR


HOMILÍA.


CREDO.


ORACIÓN DE LOS FIELES.


LITURGIA EUCARÍSTICA


OFERTORIO.

Canto:

En este mundo que Cristo nos da, hacemos la ofrenda del pan.  El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino de nuestro cantar.  Traigo ante Ti nuestra justa inquietud: Amar la justicia y la paz.


Saber que vendrás, saber que estarás, partiendo a los pobres tu pan.  (Bis)


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.


PREFACIO Y SANTO.


PLEGARIA EUCARÍSTICA.


RITO DE LA COMUNIÓN


PADRE NUESTRO.


RITO DE LA PAZ.


CORDERO DE DIOS.


COMUNIÓN.

Canto:

Jesucristo nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.


A Él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.


Jesucristo nos ha enviado a los pobres y hecho mensajeros de paz y gracia.


Jesucristo nos ha liberado en su sangre y hecho pregoneros de amor y vida.


Jesucristo nos ha reunido en un pueblo y hecho constructores de un mundo nuevo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.


Te damos gracias, Padre, Señor de todo lo creado, porque nos has hecho tu pueblo santo; nos has sacado del poder del mal y nos has trasladado al Reino de tu Hijo.

 

Bendito seas, Dios todopoderoso, en Jesucristo, tu Hijo amado, Él, hecho obediente hasta la muerte, fue constituido Rey del universo.

 

Su nombre está sobre todo nombre, su Reino es eterno y universal, como el amor en que se funda: un Reino de verdad y de vida, un Reino de servicio y humildad, un Reino de justicia, de amor y de paz.

 

Con todos los ángeles y santos, con todos los que han entrado ya en el Reino eterno de tu Hijo, y con todos los que luchan cada día por extender ese Reino en el mundo, entonamos un himno a tu gloria.

 

Reconocemos y proclamamos hoy, Padre,  la realeza única de Jesús. 

A su luz cobran sentido distinto nuestras ideas de poder y de mando.

Él es el rey humilde, que desde la cruz, atrae a sí todas las cosas.

Él es el pastor bueno, que da la vida por los suyos.

A Él todo honor, bendición y gloria, por los siglos de los siglos. Amén. 


ORACIÓN.


RITO DE CONCLUSIÓN.


BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.

Anunciaremos tu reino, Señor, tu reino, Señor, tu reino.


Reino de paz y justicia, reino de vida y verdad.  Tu reino, Señor, tu reino.


Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros.  Tu reino, Señor, tu reino.


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