MONICIÓN DE ENTRADA Hoy es un día muy especial para todos nosotros, y para la Iglesia universal. Vamos a festejar a Todos los Santos, a esas personas, muchos de ellos serán amigos nuestros y familiares, que ya están contemplando la luz del rostro de Dios. Son personas que supieron trazar su vida sirviendo a Dios y a sus hermanos. Y ya eternamente felices. El origen de esta fiesta es muy antiguo y se relaciona con la dedicación a Santa María, a la Virgen, en Roma, del Panteón de mártires. Por eso hemos de empezar esta celebración eucarística con mucha alegría y gozo, pensando que, un día, nosotros acompañaremos a quienes ya disfrutan de la Gloria de Dios. |
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS 1.- Vamos a escuchar un texto, como primera lectura, de gran belleza que da forma a nuestra primera lectura de hoy. Es del Libro del Apocalipsis y San Juan profetiza sobre esa muchedumbre, que nadie puede contar, de toda raza y condición, que viven cerca del trono del Dios. Es una visión de la gloria que, sin duda, impresiona. S.- El Salmo 23 –como otros muchos—era utilizado por los judíos en la procesión que les introducía en el Templo de Jerusalén. Y para nosotros, hoy, es un canto de bendición del “grupo que busca al Señor”. Es una invitación a la santidad. 2.- El apóstol San Juan, en su Primera Carta, que es nuestra segunda lectura de hoy, nos ofrece una enseñanza muy importante para nosotros. Nos dice como será la vida futura, cuando Dios se manifieste y podamos verle tal como es. 3.- El Evangelio de San Mateo nos ofrece la proclamación de las Bienaventuranzas por Jesús de Nazaret en su Sermón del Monte. Las Bienaventuranzas son un programa para la vida presente, es la gran enseñaza del Maestro, es su programa de vida para nosotros. Escuchemos con mucha atención estos consejos sublimes de Cristo Jesús e intentemos, después de la Eucaristía, meditar en su enseñanza. Lectura de Postcomunión MONICIÓN Gustavo Adolfo Bécquer, el gran poeta español del Romanticismo, compuso este bello poema a Todos los Santos que nos parece muy adecuado para estos momentos finales de la Eucaristía. TODOS LOS SANTOS Patriarcas que fuisteis la semilla del árbol de la fe en siglos remotos, al vencedor divino de la muerte, rogadle por nosotros.
Profetas que rasgasteis inspirados del porvenir el velo misterioso, al que sacó la luz de las tinieblas, rogadle por nosotros.
Almas cándidas, Santos Inocentes que aumentáis de los ángeles el coro, al que llamó a los niños a su lado, rogadle por nosotros.
Apóstoles que echasteis en el mundo de la Iglesia el cimiento poderoso, al que es de la verdad depositario rogadle por nosotros.
Mártires que ganasteis vuestra palma en la arena del circo, en sangre rojo, al que os dio fortaleza en los combates, rogadle por nosotros.
Vírgenes semejantes a azucenas que el verano vistió de nieve y oro, al que es fuente de vida y hermosura, rogadle por nosotros.
Monjes que de la vida en el combate pedisteis paz al claustro silencioso, al que es iris de calma en las tormentas, rogadle por nosotros.
Doctores cuyas palmas nos legaron de virtud y saber rico tesoro, al que es raudal de ciencia inextinguible, rogadle por nosotros.
Soldados del ejército de Cristo, Santas y Santos todos, rogadle que perdone nuestras culpas a Aquel que vive y reina entre vosotros. EXHORTACIÓN DE DESPEDIDA Jesús de Nazaret nos ha ofrecido hoy una receta infalible para ser felices en esta vida. Las bienaventuranzas. Salgamos con alegría del templo ya que hemos aprendido que la felicidad no está en el dinero, ni en el poder, ni en el éxito. Está en el amor… |
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