18 octubre 2022

Moniciones 23 de octubre de 2022 – XXX Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C

 

Monición de entrada

Queridos hermanos, una vez más nos congregamos en este lugar para celebrar la Santa Eucaristía, como una sola familia que se une en oración.

La liturgia en este Trigésimo domingo del tiempo ordinario (hoy también Domingo Mundial de las Misiones) nos envuelve en ese ambiente de oración. Las lecturas del domingo pasado nos invitaban a orar con insistencia; hoy nos piden hacerlo con humildad para que nuestras plegarias sean escuchadas.

Con esa misma actitud humilde, reconociendo nuestra necesidad de Dios, comencemos la celebración de estos misterios. De pie, cantamos.

Moniciones a las Lecturas

Opción 1: Monición para todas las lecturas

La oración es el tema central de las lecturas de hoy. Los textos coinciden en que el Señor no hace oídos sordos a la oración de los humildes. En el pasaje del libro del Eclesiástico, Dios atiende los gritos del pobre, del oprimido, del huérfano o de la viuda. Igual leemos en el salmo. San Pablo da gloria a Dios que siempre le ha escuchado y de quien espera su corona. Y en el evangelio, Jesús prefiere la sencilla oración del publicano antes que la palabrería orgullosa del fariseo. Con humildad y sencillez dispongámonos a escuchar esta Palabra.

Opción 2: Monición para cada una de las lecturas

  • Primera Lectura (35, 12-14. 16-18)

La oración del humilde y hecha en humildad es la que perfora el cielo hasta llegar a Dios. Escuchemos en esta primera lectura un discurso divino en favor de los más débiles y humildes.

  • Salmo Responsorial (33)

El salmo 33 se hace eco de la primera lectura y anima a los humildes y atribulados a elevar sus gritos a Dios. Nosotros lo haremos diciendo:

  • Segunda Lectura (2 Timoteo 4, 6-8. 16-18)

Hoy terminamos la lectura de las cartas de Pablo a Timoteo. Y, además, con una página vibrante, que es como la despedida y el testamento de Pablo, ante la inminencia del final. Escuchemos.

  • Evangelio (Lucas 18, 9-14)

Lucas repite las enseñanzas de la primera lectura. Mediante una parábola, Jesús nos presenta el criterio de Dios que mira al interior y lee en el corazón de quien a él se dirige en oración. Cantemos primero el aleluya para escuchar este reconfortante mensaje.

Oración de los Fieles

A Dios que mira y conoce nuestros corazones, elevemos con humildad nuestras oraciones diciendo: «Señor, apiádate de nosotros y escucha nuestra oración».

  1. Para que la Iglesia, casa de todos, haga suyas las preocupaciones, éxitos y fracasos de todos los hombres, especialmente de los más desfavorecidos en la sociedad. Oremos.
  2. Para que los responsables de dirigir los destinos de los pueblos superen la tentación egoísta de la corrupción y pongan todos los recursos del estado en favor del hombre. Oremos.
  3. Para que los cristianos no seamos indiferentes ante el dolor y el hambre que azota a miles de hermanos que tienen que migrar a otros países buscando un mejor futuro. Oremos.
  4. Para que la celebración de esta Misa dominical nos ayude a todos los aquí presentes a no discriminar a nadie y aprender a reconocer lo bueno que hay en el prójimo. Oremos.

Presentación de las Ofrendas

Ahora llevemos con humildad nuestros dones al altar, y con ellas, las súplicas de los más desprotegidos de nuestra sociedad.

Comunión

Cristo, que mira el interior de nuestros corazones, quiere que le recibamos con humildad. Acerquémonos a comulgar cantando.

Final

En un mundo lleno de soberbia y prepotencia, estamos llamados a vivir en humildad. Vayamos a hacer vida lo que aquí hemos celebrado.


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